El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, reconoció hoy la victoria por mayoría de la coalición opositora Sueño Georgiano en las elecciones legislativas celebradas el lunes en este país del Cáucaso. "Como líder del Movimiento Nacional Unido (MNU), declaro que el Movimiento pasa a la oposición. Es obvio, según los resultados preliminares del escrutinio, que en estas elecciones ha logrado la mayoría la coalición Sueño Georgiano", afirmó Saakashvili en una intervención por la televisión.
La coalición opositora liderada por el multimillonario Bidzin Ivanishvili, que tiene la ciudadanía francesa, lidera el escrutinio tanto por listas de partidos (77 escaños) como por circunscripciones mayoritarias (73).
Tras el escrutinio del 25 por ciento de las papeletas, la oposición lidera por listas de partidos con el 53,19 por ciento de los sufragios, contra el 41,51 del MNU.
Sueño Georgiano ha ganado en 30 circunscripciones, mientras el oficialismo ganó en 27, según los datos preliminares.
El resto de las formaciones que concurrieron a los comicios parlamentarios no pasan de momento el corte del 5 % de los votos necesarios para acceder al Parlamento de la antigua república soviética.
Saakashvili subrayó que ahora "la nueva mayoría parlamentaria debe formar el Gobierno". El líder georgiano reconoció que las ideas que defiende la oposición son inadmisibles y desacertadas, pero aseguró que en democracia es la mayoría quien toma las decisiones. "Entre nosotros hay una gran diferencia. La decisión la toma la mayoría del pueblo georgiano y nosotros respetamos su elección", dijo Saakashvili, quien acusa a Ivanishvili de defender los intereses de Rusia.
La victoria opositora impedirá a Saakashvili permanecer en el poder como jefe del Gobierno, una vez que el próximo año expira su segundo mandato presidencial y la Constitución le impide presentarse a la reelección en los comicios de finales de 2013.
Las legislativas son cruciales para el futuro de este país, que se convertirá en 2014 en una república parlamentaria, en la que el hombre fuerte ya no será el presidente, sino el primer ministro, quien será elegido por la mayoría parlamentaria y marcará los designios de la política interior y exterior.
Según los expertos, el partido del poder habría pagado muy caro el escándalo internacional causado por la reciente divulgación de un vídeo con imágenes de torturas de reclusos en varias prisiones de Tiflis.
ELECCIONES NO EXENTAS DE POLÉMICA
Aunque la jornada electoral transcurrió en un clima de tranquilidad en la mayor parte del país, en la ciudad de Jashuri las fuerzas especiales de la policía irrumpieron en al menos dos colegios electorales. "No descarto que los resultados de las elecciones en esos colegios electorales puedan ser anulados", señaló en comparecencia ante la prensa el presidente del CEC, Zurab Jaratishvili.
La organización no gubernamental (ONG) "Asociación de jóvenes juristas de Georgia", acreditada como observadora de los comicios, exigió la anulación de la votación en 6 colegios electorales de Jashuri, ocupados según ellos por la policía, y en otro más del que se expulsó a los observadores.
Otra ONG, "Transparencia Internacional-Georgia", denunció falsificaciones masivas de los resultados por parte de las fuerzas especiales del Ministerio de Interior en la circunscripción electoral de Jashuri.
Un activista de esta ONG presente en el recuento de votos en el colegio electoral número 45 de Jashuri relató que tras ser expulsado junto con otros observadores, los resultados en ese lugar, donde lideraba la oposición, cambiaron a favor del partido gobernante.
Pese a todo, la misión de observadores internacionales, liderada por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), dijo hoy que las elecciones parlamentarias celebradas el lunes en Georgia fueron democráticas y acordes a los estándares internacionales. "Las elecciones parlamentarias en Georgia marcaron un paso importante en la garantía de unas elecciones democráticas, aunque hay una serie de cuestiones clave que todavía deben ser resueltas", indica la misión de observadores internacionales en una declaración.