España puso en octubre punto y final a su gran misión en Afganistán. Después de casi 14 años, los 236 militares que quedaban en la base de Herat, en el oeste del país, volvieron a casa, dejando tras de sí una de las operaciones más largas y más peligrosas para las Fuerzas Armadas. Sólo ha quedado un reducido grupo de 21 efectivos en la capital, Kabul, para labores de asesoramiento al Ejército afgano. Más allá del objetivo de la misión, la de Afganistán ha supuesto uno de los retos más importantes que han asumido las Fuerzas Armadas españolas en los últimos tiempos y, sobre todo, desde que participan en misiones internacionales.