La instructora de yoga Karena Virginia acusó al candidato presidencial republicano de Estados Unidos, Donald Trump, de haberla manoseado hace 18 años. Virginia ofreció una conferencia de prensa en Nueva York junto a la abogada Gloria Allred, quien tan solo hace una semana representó a otra de las mujeres que habrían sido tocadas por Trump.
La instructora de yoga, de quien no se quiso revelar detalles muy personales, rompió a llorar varias veces al recordar su encuentro con el magnate republicano en 1998, a la salida del Abierto de Tenis de Estados Unidos. "Estaba esperando un auto para que me llevara a casa cuando me percaté de que Donald Trump se me acercaba. Yo sabía quién era, pero no lo conocía", contó Virginia.
La mujer dijo que Trump se encontraba junto a otros hombres y que, mientras se aproximaba hacia ella, se refería en términos que la hacían sentir como un objeto, no como una mujer. "Miren, vean a ésta, no la hemos visto antes, mira esas piernas. Luego se acercó y con su brazo derecho cogió mi brazo derecho y deslizó su mano", denunció Virginia.
La instructora de yoga mantuvo esta experiencia en secreto, ya que se sentía avergonzada de lo sucedido y, de hecho, el altercado con Trump le produjo secuelas emocionales y psicológicas. "Dejé de usar vestidos cortos y tacones altos, me sentía culpable de hacerlo", relató entre lágrimas.
EN APOYO A LAS MUJERES QUE HAN DENUNCIADO
Virginia, sin embargo, decidió salir a la luz como una muestra de fortaleza y de apoyo hacia otras nueve mujeres que también han denunciado episodios de acoso sexual en contra del candidato republicano. "Estoy aquí por mí, por mi hija y por las otras mujeres que merecen ser respetadas. Muchos me dijeron que no lo haga por miedo a exponerme a que me llamen mentirosa, pero me cansé", añadió sollozando.
Desde que las nueve mujeres salieron a la luz pública, Trump ha rechazado rotundamente todas estas acusaciones y ha califica a esas mujeres de "mentirosas". Este jueves mismo afirmó que algunas de ellas sólo buscan "diez minutos de fama".
Junto a la instructora de yoga se mantuvo todo el tiempo Allred, quien aseguró que no conocía a Virginia antes de que ella la contactara. Allred reiteró que apoya la candidatura de la demócrata Hillary Clinton, pero que su tendencia política no se mezcla con su labor profesional. "Yo apoyo a Hillary Clinton, pero también tengo mi propia firma legal y nadie me dice qué hacer con ella", dijo. La abogada confirmó que por el momento Karena Virginia no planea convertir sus acusaciones en una demanda legal formal contra Trump.
En respuesta a estas acusaciones, la subdirectora de comunicación del equipo de Trump, Jessica Ditto, dijo que "los votantes están cansados de estas actitudes de circo y que rechazan las historias ficticias que, claramente, solo buscan favorecer a Hillary Clinton". El comunicado de Ditto asegura que la denuncia de hoy no es más que otro ataque por parte de la abogada Allred, quien supuestamente solo busca publicidad y dañar la reputación del candidato republicano.
BROMAS ÁCIDAS EN LA TRADICIONAL CENA DE GALA
Hillary Clinton y Donald Trump intercambiaron hoy bromas salpicadas con comentarios ácidos en una cena de caridad celebrada un día después del último debate presidencial previo a las elecciones de EE.UU. del 8 de noviembre. La cena, que se celebró en el hotel Waldorf Astoria, cumple con una tradición de décadas para invitar a candidatos presidenciales a una cena de gala que les permita reflejar su sentido de humor, pero en esta ocasión coincidió con la etapa final de una áspera campaña electoral por los choques entre Clinton y Trump.
En uno de los momentos, el republicano Trump echó en cara a Clinton que era la primera vez que hablaba con personalidades tan importantes "sin que le paguen por ello".
Y la demócrata ensalzó la caballerosidad del republicano por mandarle un vehículo para que la trasladara a la cena de esta noche, pero dijo que se trataba de un "coche fúnebre".
Los discursos de ambos candidatos presidenciales, el de Clinton más largo que el de Trump, aludieron a distintas situaciones que se han desarrollado durante la campaña y hasta los comentarios más recientes hechos en el debate presidencial del miércoles.
Todo ello ante una audiencia de un millar de personas, de rigurosa etiqueta para la cena de gala, en la que Clinton y Trump se sentaron muy cerca, separados sólo por el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Michal Dolan. En una sola ocasión, cuando terminó su discurso Clinton, ambos candidatos presidenciales se saludaron dándose la mano, pero en el acto se notó la frialdad que deriva de la áspera relación que han tenido en los últimos meses.
Entre las bromas que hizo Trump figura el supuesto ofrecimiento de Clinton para que, si llega a la Casa Blanca, el magnate neoyorquino se convierta en embajador de Estados Unidos en Irak o Afganistán, aludiendo a los peligros a los que estaría expuesto en esos países. También lamentó que su esposa Melania haya recibido críticas por haber pronunciado "el mismo discurso" que la primera dama, Michelle Obama, mientras que esta última solo recibió elogios.
COPIANDO A MICHELLE OBAMA
Esa parte aludía a revelaciones de que parte de un discurso que pronunció Melania Trump fueron tomadas de otro previo de Michelle Obama. Clinton reconoció que no era conocida por su sentido del humor, aunque sostuvo que siempre ha destacado por el buen ánimo demostrado en las fiestas a las que ha acudido, a pesar de que reconoció que solo habían ido a tres. Y aludiendo a las críticas de que no dice lo mismo en sus discursos privados a inversionistas que en los mítines electorales, Clinton dijo que esta noche iba a decir una única verdad: "Esta elección pasará pronto".
Al margen de las bromas, Trump llegó a calificar a Clinton de "corrupta", tanto que "la echaron de la Comisión del Watergate", lo que generó abucheos de parte del público. Y Clinton echó en cara a Trump que cuando la gente reconoce en la Estatua de la Libertad un símbolo que ilumina a los inmigrantes, el magnate republicano solo ve un "cuatro", aludiendo a comentarios machistas de Trump valorando el físico de las mujeres entre uno y diez.