La vida pública en Grecia se vio hoy paralizada por una nueva huelga general convocada por los principales sindicatos contra las más recientes medidas austeridad del Gobierno, protesta que estuvo salpicada por algunos altercados.
Miles de personas se manifestaron en el centro de Atenas para expresar su repudio a unas medidas que implican el despido de 30.000 funcionarios, nuevos recortes salariales y de pensiones, además de aumentos de impuestos.
Desde la medianoche de hoy no circulaban trenes, mientras que los chóferes de autobuses urbanos dejaron de trabajar durante tres horas por la mañana y se sumarán a nuevos paros temporales a partir de las 18.00 GMT.
Los taxis y algunas líneas de metro sí circularon hoy por la capital, pero el transporte aéreo nacional e internacional estuvo completamente paralizado por la huelga de los controladores aéreos.
Los empleados de ministerios, empresas del Estado, escuelas y hospitales no trabajaron en protesta contra unas medidas que cada vez más griegos consideran como injustas.
En las emisoras estatales no hubo programas de noticias y la agencia de noticias ANA no envió información a sus abonados.
Las manifestaciones transcurrieron en su mayor parte pacíficamente pero unos 300 radicales se enfrentaron a la policía, lanzando pierdas y artefactos incendiarios, a lo que los agentes de seguridad respondieron con gases lacrimógenos.
Doce personas fueron detenidas, mientras que dos policías y algunos civiles, entre ellos un fotógrafo de la agencia "France Press", resultaron heridos, informó a Efe un portavoz de la policía.
También en otras ciudades griegas hubo manifestaciones que desembocaron en violentos incidentes con la policía.
Los manifestantes pedían a gritos que se fuera la "troika" (inspectores del Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo) que supervisan la aplicación de las severas medidas de austeridad.
Ante la revisión de los datos de crecimiento y déficit para este año y el próximo, el Gobierno se ha visto obligado a proponer nuevas medidas de ahorro, que le aporten unos 2.000 millones de euros adicionales en 2011 y de 5.000 millones de euros en 2012.
El pasado domingo, el Gobierno revisó sus previsiones para el déficit del 7,6 % al 8,5 % del PIB en 2011.
Al mismo tiempo, corrigió a la baja las estimaciones sobre la contracción económica, del 3,8 % al 5,5 %.
Las nuevas medidas contemplan que en un primer paso, 30.000 funcionarios perderán su trabajo en los próximos meses, y otros 120.000 lo harán de aquí al año 2013.
Grecia, un país de 11 millones de habitantes, cuenta con unos 900.000 empleados en el sector público.
El proyecto de ley para esos ajustes, sumados al aumento de impuestos, tasas extraordinarias sobre las viviendas y los carburantes, así como una reducción de las pensiones mínimas, será tramitado mañana en el Parlamento.
Por otra parte, el Gobierno no desmintió hoy informaciones aparecidas en al prensa, según las que la "troika" ha exigido incluso reducciones salariales en el sector privado, eliminando el convenio colectivo nacional y suprimiendo el salario mínimo de 750 euros mensuales.
El FMI parece no tener prisa para que terminen las negociaciones con el Gobierno griego, de lo que depende el informe para poder entregar a Grecia un nuevo tramo de la ayuda necesaria para mantenerse a flote ya que sus fondos terminan a mitad de diciembre.
La "troika" ha reiterado que participará en un segundo rescate para Grecia siempre y cuando se cumplan las medidas y reformas para hacer más sostenible su enorme deuda, que previsiblemente alcanzará en el año 2012 el 172,7% del PIB.
La próxima cita de los sindicatos para una huelga general de 24 horas está prevista para el 19 de octubre.