Las elecciones parlamentarias bielorrusas del domingo, en las que la oposición no logró ningún acta de diputado, no fueron ni libres ni democráticas, informó hoy la misión de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). "Los líderes políticos que podían haber jugado un papel importante en estas elecciones o estaban en la cárcel o se les privó del derecho a postular sus candidaturas", señala el informe recogido por las agencias rusas.
El documento subraya que los comicios a la Cámara de Representantes del Parlamento bielorruso celebrados ayer "desde un principio no fueron competitivos", ya que "se restringió la capacidad de elección del votante y esto ha sido un elemento clave de las elecciones". "Unas elecciones libres dependen de que la gente sea libre de expresarse, organizarse y presentar sus candidaturas, lo que no hemos visto durante esta campaña", apunta.
La OSCE acusa a Bielorrusia de incumplir sus compromisos y, en particular, a la Comisión Electoral Central (CEC) de "falta de neutralidad e imparcialidad (...), lo que mina la confianza" de los bielorrusos en el proceso electoral.
Además, el informe pone en duda el escrutinio realizado por la Comisión Electoral Central, debido a la imposibilidad de los observadores de supervisar el recuento de los votos emitidos en los colegios electorales. "Los ciudadanos deben tener la confianza en que sus votos son contados tal como son depositados, pero la falta de métodos de escrutinio apropiados y de medios para que los observadores verifiquen los resultados son causa de gran preocupación", aseguró Antonio Milososki, jefe de la misión de observadores de la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos (ODIHR) de la OSCE.
Por todo esto, añade el informe: "La continua falta de procedimientos de escrutinio debidamente elaborados significa que no se puede garantizar un recuento justo".
En relación a la campaña electoral, el informe denuncia que los candidatos que abogaron por el boicot de las elecciones apenas tuvieron acceso a los medios de comunicación o sus intervenciones fueron censuradas.
La presidenta de la Comisión Electoral Central , Lidia Yermóshina, dio por válidos los comicios y anunció que han sido elegidos 109 de los 110 diputados de la cámara baja del legislativo bielorruso, con la excepción de un distrito (Gomel) donde las elecciones serán celebradas de nuevo.
Menos de 300 candidatos concurrieron a las elecciones, de éstos sólo 26 eran de la oposición después de que al menos dos tercios de sus candidatos se retiraran del proceso electoral.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, considerado el último dictador de Europa por Occidente, aseguró que no se había entrometido en el proceso electoral y criticó a la oposición por no participar en los comicios.