Los servicios de inteligencia de Estados Unidos detectaron en 2015 conversaciones entre funcionarios rusos con personas vinculadas a Donald Trump antes de que éste lanzara su campaña presidencial, informó The Wall Street Journal (WSJ).
Las conversaciones mencionadas comenzaron en la primavera de 2015, antes de que el 16 de junio de ese año Trump anunciara su intención de presentarse como aspirante republicano a los comicios del 8 de noviembre de 2016, que ganó.
Según dijeron al Journal fuentes de la Administración de Donald Trump y de su predecesor, Barack Obama, algunas conversaciones mencionaban la posibilidad de reuniones fuera de Estados Unidos. El periódico asegura que no está claro a qué se referían en esas conversaciones personas del equipo de Trump y los asesores rusos ni si podrían estar vinculadas con las aspiraciones presidenciales del magnate neoyorquino, conocidas posteriormente.
Pero, según el Journal, a raíz de las últimas revelaciones de Donald Trump Jr con personas próximas al Kremlin, los investigadores "están recuperando esos primeros informes para ver si pueden entenderlos mejor".
La revelación se conoce después de uno de los hijos de Trump confirmara que se había reunido con una abogada rusa con conexiones con el Kremlin que le había prometido información comprometedora para dañar a la rival demócrata de Trump, Hillary Clinton.
Los informes a los que alude hoy en Journal fueron recopilados por agencias de inteligencia que rutinariamente revisan el espionaje ruso por si esconden acciones contra Estados Unidos, ya sea procedentes de llamadas telefónicas o de correos electrónicos. Entonces no había conclusiones sobre esos contactos teniendo en cuenta que Trump había hecho negocios en Rusia y era una "celebridad global" conocida en ese país.
Según el periódico, los primeros informes aludidos no resultaban alarmantes, pero algunos funcionarios de entonces se estaban preguntando de qué se trataba todo ello, antes de que Trump anunciara sus aspiraciones presidenciales.
La Administración de Obama acusó a Kremlin de haber interferido en las elecciones de 2016 para favorecer a Trump. El ahora gobernante ha restado importancia a esas denuncias y ha intentado pasar la página, aunque frecuentemente surgen nuevas filtraciones que reflotan esos temores. El asunto está siendo investigado por comités del Congreso y por un equipo especial del FBI.