Los venezolanos amanecieron hoy con menos ceros en sus cuentas bancarias debido a la reconversión monetaria puesta en marcha este lunes por orden del Ejecutivo, que decretó además el día como no laborable, razón por la que las calles y avenidas están desoladas y la mayoría de los comercios cerrados.
La simplificación contable, que le quitó cinco ceros al bolívar, es una de las medidas del Gobierno del presidente, Nicolás Maduro, enmarcadas en un plan de "recuperación y expansión económica" con el que el Ejecutivo busca salir de la crisis.
Aunado a ello, hoy comienza a circular una nueva familia de billetes bajo el nombre de bolívar soberano y con denominaciones más ajustadas a la inflación nacional que, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, cerrará el año en 1.000.000 %.
Los bancos privados y públicos reiniciaron sus sistemas desde la noche del domingo, cuando comenzó un apagón financiero, y han ido reactivando sus plataformas esta mañana, algunos con más rapidez y solvencia que otros.
Aunque Maduro llamó a no subir los precios, estos comenzaron a dispararse desde el viernes cuando decretó que el salario mínimo se multiplicará por 35 desde el 1 de septiembre.
Productos como la gasolina, cuyo precio es tan bajo que llenar un tanque mediano es 700 más barato que en la vecina Colombia, han experimentado un aumento de facto este lunes pues los billetes con que se pagaban estos combustibles son de circulación ilegal desde hoy. Efe pudo constatar que dos gasolineras del centro de Caracas cobran hasta 10 veces más que el viernes por llenar los tanques de autos y motocicletas, un precio que sigue siendo casi gratis debido al subsidio estatal a estos hidrocarburos, algo que el Gobierno también planea limitar desde septiembre.
Se espera que el Banco Central y los ministros económicos ofrezcan información a lo largo del día sobre cuándo entrarán en vigor otras decisiones, como el uso del petro, la criptomoneda gubernamental, como unidad contable de la estatal petrolera PDVSA. Además, el jefe de Estado prometió unificar el mercado cambiario, que es controlado por el Estado y donde se estima que podría incrementarse esta semana en 2.311 % el precio del dólar estadounidense, lo que significaría una devaluación del 95,8.