Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) han decidido hoy sancionar al presidente sirio, Bachar al Asad, prohibiéndole viajar a Europa y congelando sus activos en territorio comunitario, en respuesta a la represión de las protestas en el país. Según fuentes diplomáticas, los Veintisiete han pactado ampliar la lista de personalidades del régimen afectadas por sanciones, en la que ya figuraban 13 altos cargos.
Las identidades de los nuevos sancionados se conocerán, en principio, mañana con la publicación de la decisión en el Diario Oficial de la UE. Junto a Asad se añadirían a la lista otras nueve personas consideradas responsables de la reacción gubernamental contra los manifestantes, según fuentes diplomáticas.
Las sanciones contra Asad suponen un refuerzo de la presión europea sobre Damasco para que detenga la represión y acepte una negociación con la oposición que dé pie a un proceso de reformas democráticas en línea con lo que demanda el pueblo. Hoy, a su llegada a la reunión que se celebra en Bruselas, varios ministros europeos calificaron de "indignante" la situación en el país y dejaron claro que la UE no podía permanecer de brazos cruzados ante la violencia.
El jefe de la diplomacia alemana, Guido Westerwelle, lamentó que Asad no haya aprovechado la oportunidad que le brindó el bloque al no incluirle en su primera ronda de sanciones. "No ha cruzado el puente que le hemos tendido. La violenta represión contra los manifestantes sigue y por eso tenemos que ampliar las sanciones contra el régimen y el presidente con prohibiciones de viajes y congelaciones de los activos", afirmó.
Por ahora, sin embargo, la UE no se ha lanzado a pedir la dimisión de Asad, algo que sí hizo con los presidentes de otros países árabes afectados por la oleada de protestas ciudadanas. Según fuentes diplomáticas, Europa teme enormemente un posible vacío de poder en Siria, un país considerado clave para la estabilidad en toda la región de Oriente Medio.
En sus debates de hoy, los ministros europeos también tienen previsto estudiar la posibilidad de suspender los multimillonarios programas de cooperación con Damasco, en especial los que se gestionan a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). El BEI tiene en Siria una cartera de inversiones de 1.300 millones de euros, una de las más importantes en toda la región.