El Gobierno turco ha decidido el cierre de todas las academias militares del país y la expulsión del Ejército de otros 1.389 soldados sospechosos de haber participado en el intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio, según un decreto de emergencia publicado en el Boletín Oficial.
Según ese decreto, emitido bajo las competencias que le otorga al Ejecutivo el Estado de emergencia decretado el pasado día 20, han sido cerrados las academias, los centros de bachillerato militares y los institutos de suboficiales. Además, la Academia de Medicina Militar de Gülhane pasa a estar controlada por el Ministerio de Sanidad.
El decreto dispone la creación de una Universidad de Defensa Nacional para la formación de oficiales, que dependerá del Ministerio de Defensa y cuyo rector será nombrado por el presidente del país entre tres candidatos propuestos por el Gobierno. Además, los comandantes de las Fuerzas Armadas responderán directamente ante el ministro de Defensa.
El jefe del Estado, Recep Tayyip Erdogan, ha propuesto en varias ocasiones que el jefe del Estado Mayor y los servicios de inteligencia estén subordinados a partir de ahora a la Presidencia, y no al Gobierno, una reestructuración que necesitaría de una reforma constitucional.
Con la expulsión de esos 1.389 militares, son ya 3.000 los soldados despedidos de las Fuerzas Armadas desde el golpe. Entre ellos se cuentan casi un tercio de todos los generales y almirantes.
El Gobierno mantiene que con estas purgas, las Fuerzas Armadas quedarán libres de seguidores del predicador Fethullah Gülen, al que acusa de haber organizado el golpe desde su exilio en Estados Unidos.