El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, excluyó hoy la aplicación de un nuevo plan de ajuste en su país contra la crisis económica, que calificó de "grave", y anunció, para enero, nuevas medidas para contrarrestarla.
En un mensaje de Fin de Año dirigido a los franceses por televisión, el jefe del Estado aseguró que 2012 será el año "de todos los riesgos y de todas las posibilidades", pero advirtió de que no será posible "retrasar la toma de decisiones".
Sarkozy estimó que el Gobierno francés ya ha adoptado las medidas de recorte del gasto que debía aplicar y defendió el mantenimiento de los niveles de protección social con el fin de amparar a los más desfavorecidos, especialmente a los que no tienen trabajo.
El presidente aseguró que "ni los mercados ni las agencias de calificación de riesgo decidirán la política de Francia" y adelantó que, después de una cumbre social prevista para mediados de enero, el Gobierno adoptará nuevas medidas para luchar contra la crisis económica y sus consecuencias.
"No se trata de reducir más los gastos", aseguró Sarkozy, quien hizo hincapié en la necesidad de "trabajar a favor del crecimiento, la competitividad y la reindustrialización" del país.
Dijo que los franceses que no tienen trabajo y los que están en peor situación económica no son responsables de una situación que ellos no ha contribuido a crear y culpó de la crisis al comportamientos de los mercados financieros en las últimas tres décadas.
En este sentido, abogó por la instauración de una tasa sobre las transacciones financieras, uno de los componentes fundamentales de la reforma de las relaciones financieras internacionales que ha propuesto Sarkozy durante los cinco años de su mandato, que concluirá con las elecciones presidenciales de abril-mayo de 2012.
El presidente aseguró que cumplirá con sus obligaciones con los franceses que lo eligieron para el cargo, pero no confirmó si se presentará a la reelección.