Al menos 58 personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños, en el asalto armado a una iglesia en el centro de Bagdad, perpetrado por un grupo vinculado a Al Qaeda y en la posterior operación para liberar a los rehenes, informaron este domingo fuentes policiales.
Las fuentes explicaron que las víctimas, entre las que hay 75 heridos, se produjeron durante los enfrentamientos entre agentes de la Policía antiterrorista y los insurgentes, que irrumpieron anoche en la iglesia de Sayida An Nayá (Señora del
socorro en árabe).
Entre los muertos, la mayoría de ellos fieles que se encontraban en el templo, hay 10 miembros de las fuerzas de la seguridad, cinco hombres armados y dos párrocos.
Al parecer, dos de los atacantes detonaron dentro de la iglesia sendas cargas explosivas que llevaban adosadas al cuerpo, agregaron las fuentes.
A pesar del número de víctimas, el ministro de Defensa iraquí, Abdel Qader Mohamed Yasem, calificó la operación, que se prolongó dos horas, de "un éxito".
Yasem afirmó que los atacantes pedían la puesta en libertad de algunos encarcelados en Irak y Egipto, y agregó que algunos de los agresores no eran iraquíes.
Anteriormente, la Policía había informado de la muerte de 40 personas y de que otras 57 habían resultado heridas.
Todo comenzó con un ataque contra la cercana sede del edificio de la Bolsa. Posteriormente, los asaltantes se refugiaron en el templo donde tomaron como rehenes a los fieles que se encontraban en el lugar.
El grupo terrorista Estado Islámico de Irak, un conglomerado de grupos armados dirigido por Al Qaeda, se ha responsabilizado del ataque en un comunicado difundido en varias páginas empleadas por grupos radicales.
Este entramado aseguró que había llevado a cabo el ataque para exigir la liberación "de las musulmanas detenidas en las cárceles de los cristianos de Egipto".
Posteriormente, en un mensaje sonoro el grupo se refirió directamente a Camelia Shehata y al Wafa Constantin, dos cristianas egipcias que según grupos musulmanes se convirtieron al islam y fueron posteriormente recluidas en monasterios. Una versión que niega la Iglesia copta egipcia que mantiene que nunca abandonaron la religión cristiana.
Según el comunicado del Estado Islámico, en el ataque murieron más de treinta "infieles", en referencia a las víctimas cristianas.
Asimismo, la nota subraya "que el gobierno apóstata ha de saber que se ha encendido la mecha de la campaña contra los cristianos de Irak".