El nacionalista Ollanta Humala ganó las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Perú y se ofreció a liderar "un gobierno de concertación y de ancha base" que busque "la integración latinoamericana".
Con un 84,4 por ciento de las actas contabilizadas, Humala suma el 50,7% de los votos, mientras que su rival, Keiko Fujimori, logra un 49,29%, según la jefa de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Magdalena Chú.
Chú aclaró que aún faltan las cifras relativas a las zonas rurales más alejadas, donde se considera que Humala tiene un apoyo mucho más sólido que su rival.
Asimismo, el departamento de Lima, que congrega a cerca de un cuarto de los electores del país y cuyos votos han sido escrutados en su totalidad, también distorsiona los resultados, pues en él Fujimori obtuvo un 57% de los votos frente a un 42% de Humala.
Cuando se conocieron los primeros resultados oficiales, Humala emitió un breve pronunciamiento y luego se dirigió hacia la céntrica Plaza Dos de Mayo, donde presidió un mitin ante miles de personas que lo esperaron durante varias horas.
"La gran transformación que hoy día llega a Palacio de Gobierno, es el producto del trabajo de millones de peruanos, hombres y mujeres, que han luchado por defender la democracia y sus valores y que hoy están aquí representados", afirmó.
Ante sus seguidores, muchos de ellos de procedencia humilde y que lo vitoreaban mientras ondeaban banderas peruanas y de la alianza nacionalista Gana Perú, el presidente electo renovó su "compromiso con el pueblo peruano de crecimiento económico con inclusión social".
"Trabajaremos las relaciones internacionales buscando afirmar a Perú como un país que busca la unidad latinoamericana, buscaremos relaciones de hermandad con cada pueblo de la región. Vamos a continuar lo bueno que se ha venido haciendo, vamos a corregir lo malo y vamos a hacer la transformación", enfatizó.
Esto se logrará, dijo, "luchando y no dándole cuartel a la corrupción y a los corruptos" y pidió a sus compatriotas trabajar junto a él porque "esta tarea no será fácil".
Pero Humala también dejó en claro que sabe "que gobernar no es tema de una sola persona", por lo que se comprometió a convocar "a los mejores cuadros técnicos, independientes, intelectuales, para poder hacer un gobierno de concertación, un gobierno de ancha base, donde ninguno se sienta excluido y todos representados".
El presidente electo reiteró que luchará de manera firme contra corrupción y aseguró que en su país "hay plata, hay que manejarla con responsabilidad, pero hay que utilizarla para vencer la desigualdad".
"Mi único jefe es el pueblo peruano" acotó ante el clamor de sus seguidores, a los que les dijo que, a pesar del gran crecimiento económico de los últimos años en su país, "no puede ser posible que digan que Perú avanza cuando hay doce millones de pobres".
Su rival, Keiko Fujimori, también tardó varias horas en pronunciarse, pero por la noche ya dio por perdidas las elecciones al abandonar el hotel donde pasó gran parte de la jornada para retirarse a su casa.
Keiko se dirigió a sus simpatizantes, y pese a que algunos todavía coreaban "sí se puede", asumió implícitamente su derrota al decirles que el hecho de haber conseguido casi la mitad del apoyo y confianza era motivo para ella de "gran alegría y satisfacción".
El triunfo de Humala fue felicitado por presidentes extranjeros como el chileno Sebastián Piñera y personajes como el ex presidente peruano Alejandro Toledo y el escritor Mario Vargas Llosa.
Vargas Llosa afirmó que en su país "se ha salvado la democracia" y dijo que los peruanos "han actuado con responsabilidad, han hecho una adhesión al sistema de libertad y de legalidad que queríamos defender".
El premio Nobel de Literatura de 2010, que apoyó la candidatura de Humala, consideró que ahora "es muy importante que el futuro presidente de Perú dé todos los signos necesarios para reconciliar a la familia peruana".
"Ollanta Humala tiene que entender que esta victoria se la han dado las clases medias. Las clases medias son las que se han volcado en esta segunda vuelta a confiar en él, a creer que se ha apartado del modelo absolutamente catastrófico de Chávez", remarcó.
El escritor también dijo que la derrota de Keiko Fujimori ha librado a Perú "de que una dictadura que fue terriblemente corrupta y sangrienta volviera a tomar el poder".