Los manifestantes y la policía ucranianos respetaron la primera noche de tregua tras varios días de violentos enfrentamientos en Kiev, mientras se espera la segunda ronda de negociaciones entre la oposición y el presidente, Víktor Yanukóvich.
Los medios locales no informan sobre ningún incidente violento en la capital ucraniana, aunque ambos bandos no ceden sus posiciones, ya que los opositores dedicaron toda la madrugada a extender su control sobre el centro de la ciudad.
Con la ayuda de sacos de nieve, contenedores, neumáticos y otros objetos del mobiliario urbano construyeron nuevas barricadas para frenar el avance de los efectivos antidisturbios en caso de que el armisticio llegue a su fin. Un grupo opositor anunció la toma sin violencia de un nuevo edificio gubernamental en el centro urbano, la sede del Ministerio de Política Agraria.
HASTA EL SÁBADO
Tras reunirse con Yanukóvich, el dirigente opositor ucraniano, Vitali Klitschkó, pidió anoche a los manifestantes prolongar hasta el sábado la tregua tras asegurar que el presidente prometió ordenar a las fuerzas de seguridad que respeten el cese de hostilidades.
El líder del partido UDAR (Golpe) aseguró que las autoridades están dispuestas a poner en libertad a los más de cien detenidos durante los desórdenes de los últimos días, en los que habrían muerto tres manifestantes, según fuentes oficiales.
El anuncio de Klitschkó fue recibido por los miles de opositores congregados en la calle Grushevski con división de opiniones, ya que algunos sectores consideran que la única vía de solución es la lucha callejera sin cuartel contra la policía.
En la plaza de la Independencia, bastión de la oposición proeuropeista, el líder nacionalista Oleg Tiagnibok planteó a las decenas de miles de congregados si apoyaban las negociaciones con las autoridades y estos votaron a mano alzada contra el diálogo. Poco después de que concluyera la primera ronda de negociaciones entre oposición y autoridades, la Fiscalía General mostró su disposición a suavizar las medidas cautelares y las penas contra los detenidos en los desórdenes si los manifestantes renuncian a la lucha callejera contra los antidisturbios.
Además de suspender los incendios y la toma de edificios públicos, los manifestantes deben desalojar la calle Grushevski frente al estadio del Dinamo Kiev, epicentro de los enfrentamientos de los últimos días.
Hay 71 detenidos por participar en disturbios en esa zona de la ciudad y otro centenar de personas está en busca y captura. El ministro del Interior, Vitali Zajarchenko, cuya dimisión es demandada insistentemente por los opositores, garantizó que la policía no dispersará violentamente a los ocupantes de la plaza de la Independencia, conocida como Euromaidán (maidán es plaza en ucraniano).
En cambio, el primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov, se mantuvo en sus trece y en declaraciones a la prensa durante el Foro de Davos (Suiza) aseguró ayer que en Kiev tiene lugar un "intento de golpe de Estado" y negó que las protestas opositoras sean pacíficas.
En medio de la condena internacional de las cargas policiales en Kiev, el comisario de Ampliación de la Unión Europea, Stephan Fülle, llega hoy a Ucrania para reunirse con representantes del Gobierno y de la oposición.