El estado norteamericano de Georgia ejecutó el jueves a Troy Davis, condenado por asesinato, en un caso que suscitó la atención internacional por las afirmaciones de sus defensores de que podría ser inocente. Davis murió de una inyección letal a las 11:08 p.m. EDT (03:08 GMT) del jueves en una cárcel del centro de Georgia, donde estaba encarcelado por el asesinato de un policía en 1989, dijo la portavoz de la prisión, Kristen Stancil. La ejecución se retrasó más de cuatro horas.
El caso desató las protestas y una petición online con más de un millón de firmas por las dudas sobre si realmente mató al agente Mark MacPhail en 1989. MacPhail murió de un disparo a las puertas de un Burger King, en Savannah, Georgia, cuando acudió a ayudar a un indigente que había sido golpeado. La familia de MacPhail dice que Davis es culpable y su hijo fue testigo de la ejecución.
Desde la condena de Davis, siete de los nueve testigos han cambiado o se han retractado de su testimonio, algunos han dicho que fueron coaccionados por la policía para declarar contra Davis y otros afirman que otro hombre fue el autor del crimen. No había pruebas físicas que vincularan a Davis con la muerte.
Davis murió defendiendo su inocencia, según los periodistas que presenciaron la ejecución."El incidente de esa noche no fue culpa mía. No tenía una pistola", dijo Davis, según Rhonda Cook, del diario Atlanta Journal-Constitution.
"No maté a su hijo, padre y hermano. Soy inocente", dijo Davis a los familiares de MacPhail presentes. Cientos de personas se manifestaron a las puertas de la cárcel con anterioridad, gritando "Yo soy Troy Davis" y otros eslóganes y la alegría se extendió entre los manifestantes cuando se supo que la ejecución se había retrasado.
Pero la multitud fue reduciéndose con el paso de las horas, y en el momento en que se produjo la ejecución, había más policías antidisturbios que manifestantes. La mayoría de los defensores de Davis se fueron en silencio cuando se anunció su muerte. "Este es un momento trágico. Esperábamos un resultado diferente", dijo Raphael Warnock, pastor de la iglesia baptista Ebenezer, en Atlanta, cuya iglesia estuvo dirigida en el pasado por el líder de los derechos civiles Martin Luther King.
La mayoría de los estadounidenses apoyan la pena de muerte y las ejecuciones atraen poca atención, pero el caso de Davis generó una oleada de protestas, además de muestras de preocupación de Europa. Francia y el Consejo de Europa instaron esta semana a Estados Unidos a detener la ejecución.
El abogado de la defensa, Thomas Ruffin, colocó la muerte de Davis en un contexto racista y clasista, y recordó que un número desproporcionado de reos en las cárceles de Georgia y los que están en el corredor de la muerte son hombres negros, como Davis. "Esta noche, el estado de Georgia linchó legalmente a un hombre bueno, valiente y además, inocente", dijo Ruffin en rueda de prensa, en referencia al linchamiento de negros en Georgia y otros estados del sur desde la Guerra Civil a los años 60.