El disidente cubano Guillermo Fariñas, que pasó más de cuatro meses en huelga de hambre por la causa de los presos políticos y que este jueves abandonó el hospital donde estaba ingresado, hizo hoy un llamamiento para seguir abriendo puertas por las libertades y la democracia en Cuba.
En una entrevista con Efe en su domicilio de la ciudad central de Santa Clara, al que regresó después de recibir el alta hospitalaria, Guillermo "Coco" Fariñas afirmó que Cuba vive una "coyuntura histórica importante", que acotó entre la muerte del preso Orlando Zapata y el compromiso del Gobierno de Raúl Castro de liberar a los presos políticos.
"Pero no debemos confiarnos. No debemos acomodarnos. Debemos seguir empujando otras puertas", manifestó el opositor en referencia a la liberación de todos los disidentes encarcelados, más allá de los 52 a los que se ha comprometido el régimen cubano.
Cuando se logre este objetivo, es necesario, según Fariñas, "empujar otras puertas" para que en Cuba se eliminen delitos socio-económicos que "no existen en otras partes del mundo" como la llamada "peligrosidad social predelictiva" o la salida "ilegal" del país, que impide viajar al exterior a la mayor parte de los cubanos.
Y después, añadió, "hay que abrir la puerta a sentarse a modificar las leyes, y abrir la libertad de expresión, la libertad de asociación, de los medios de comunicación, la libertad de ser independiente económicamente o la libertad de la propiedad privada".
"Todo eso debe abrirse sin que por ello haya que eliminar la salud pública gratuita, la educación gratuita ni la seguridad social gratuita", dijo Fariñas, quien puso como ejemplo el sistema de protección social de muchas democracias europeas.
El periodista y psicólogo de 47 años comenzó el pasado 24 de febrero una huelga de hambre y sed que duró 134 días y que sólo abandonó cuando el Gobierno se comprometió a la liberación de presos políticos como resultado del proceso de diálogo iniciado en mayo con la Iglesia católica cubana, que recibió el apoyo de España.
El disidente ingresó el 11 de marzo en una unidad de terapia intensiva donde lo mantuvieron con alimentación parenteral, y se llegó a temer por su vida después del empeoramiento que le supuso la aparición de una trombosis yugular.
Sobre la excarcelación de los primeros 20 presos que han accedido a irse a España, Fariñas dijo no sentirse plenamente satisfecho de cómo se ha producido el proceso por el traslado directo de los opositores desde la cárcel hasta el avión en el que viajaron con sus familias.
En cualquier caso, cree que las liberaciones son una victoria, tanto para el Gobierno cubano, "porque han aprendido a ser flexibles con sus opositores", como para la disidencia, porque aprendió que "con perseverancia, dignidad y no violencia se pueden lograr objetivos".
No obstante, reiteró que no ha abandonado su protesta, sino que la "ha pospuesto", y dijo que analizará la posibilidad de reanudarla si el Gobierno de Raúl Castro no cumple con su compromiso en el plazo máximo de cuatro meses dado para liberar a los 52 presos del Grupo de los 75 condenados en el 2003 que quedaban en la cárcel.
También opina que si el régimen comunista libera a todos los presos políticos, la disidencia cubana "debe entrar en otra etapa, que es sentarse a valorar que nos une y que nos separa. Y trabajar en lo que nos une y dejar lo que nos separa para cuando haya democracia en Cuba".
Sobre la reaparición del ex presidente Fidel Castro en coincidencia con este proceso de excarcelaciones, Fariñas cree que obedece a varios factores, uno de ellos "robarle protagonismo" a la "victoria" de la disidencia interna y externa y a la opinión pública internacional, incluidos los sectores de la izquierda progresista que criticaron a Cuba por la muerte de Zapata.
También cree que, con su presencia activa, está enviando un mensaje de tranquilidad al sector más duro del "castrismo", que no ve con buenos ojos el "reformismo" de su hermano Raúl.
Preguntado si, tras las liberaciones de presos, la Unión Europea debe modificar su "posición común" hacia Cuba, Fariñas opinó que no.
"Es un paso importante que se liberen los presos políticos, pero la posición común está ahí para que Cuba dé muestras de avances en el tema de derechos humanos y las libertades", opinó el disidente.
A su juicio, la excarcelación de presos es un gesto que se aplaude pero que no resuelve el tema cubano porque en la isla siguen existiendo las leyes y el marco jurídico que permite encarcelar a opositores.