Los palestinos celebraron hoy una jornada de luto nacional por los 15 muertos en Gaza durante los enfrentamientos de la Gran Marcha del Retorno de este viernes, tras cuyo entierro hubo nuevas protestas en las que se contabilizaron 35 heridos por bala, informó el Ministerio de Salud palestino.
Después de que el presidente palestino, Mahmud Abás, llamara a un día de luto y huelga nacional tanto en Cisjordania como en Gaza, los territorios palestinos comenzaron el día silenciosamente, con los comercios e instituciones cerrados en su mayoría, en contraste con la violenta jornada de ayer en la frontera de Gaza.
La huelga incluyó al sector comercial, bancos, escuelas, universidades e instituciones públicas.
Por la tarde, miles de personas acudieron en Gaza a los funerales de los 15 palestinos muertos en enfrentamientos con soldados israelíes, que según diferentes organizaciones pro derechos humanos actuaron de forma "ilegal".
Entre las ONG, el Centro Palestino Por los Derechos Humanos (PCHR, por sus siglas en inglés) condenó el "uso excesivo de la fuerza" por parte del Ejército israelí contra civiles palestinos, achacándolo a una "decisión política oficial" de "desprecio de sus vidas".
También la líder del partido de izquierdas israelí Meretz, Tamar Zandberg, pidió hoy que se investiguen los hechos dado "el gran daño sufrido por los palestinos ayer en la franja de Gaza y después de los testimonios de tiros contra manifestantes desarmados, incluidas las imágenes de disparos por la espalda", recogió el diario Yedioth Aharonot.
A media tarde, la tranquilidad que había prevalecido en la frontera durante el día volvió a dar paso incidentes entre manifestantes y soldados, tras los que Ministerio de Salud palestino reportó 35 heridos de bala.
De los 15 muertos de ayer, cinco pertenecían al brazo armado de Hamás, las Brigadas Ezedin al Qasam, según un comunicado de la organización islamista.
Abás acusó anoche a Israel de estas muertes, y el primer ministro palestino, Rami Hamdala, exigió en comunicado "que la comunidad internacional establezca el estatus final de las negociaciones", siendo la más apremiante de ellas el asunto de los refugiados.
Hamdala señaló que la única solución posible es la que se basa en "la resolución de la Asamblea General de la ONU 194 y en establecimiento del estado palestino con Jerusalén este como su capital".
La Gran Marcha del Retorno de ayer se saldó, además con más de 1.400 heridos, según datos del Ministerio de Salud palestino.
Durante los enfrentamientos el Ejército israelí usó fuego real, balas recauchutadas y gases lacrimógenos (lanzándolos desde drones) para evitar que los miles de gazatíes se aproximaran a la valla de separación.
El Ejército dijo que los manifestantes lanzaron bombas incendiarias y neumáticos en llamas hacia los soldados y que hubo un incidente en el que utilizaron armas de fuego.
La que iba a ser una marcha pacífica, según sus organizadores, que en los últimos días habían colocado grandes tiendas de campaña, con electricidad y servicios a unos 700 metros de la frontera para acoger a una gran cantidad de palestinos, sobre todo mujeres y niños, se convirtió en un campo de batalla en algunas zonas de la frontera.
"Ayer nos enfrentamos a una manifestación violenta y terrorista en seis puntos a lo largo de la frontera", expuso el portavoz del Ejército israelí, Ronen Manelis, y aseguró que el Ejército usó "fuego dirigido" donde había intentos por dañar o vulnerar la valla de seguridad.
La de ayer pretende ser el comienzo de una serie de manifestaciones que sus organizadores, Hamás el principal, pero apoyado por todas las facciones palestinas, van a promover hasta la emblemática fecha del 15 de mayo, cuando los palestinos celebran la Nakba, o "catástrofe", en árabe, que supuso la creación del estado de Israel para ellos.
Las marchas tienen como objetivo exigir el derecho al retorno de los palestinos a las tierras que tuvieron que abandonar o de las que fueron expulsados durante la Guerra de independencia israelí de 1948.
LA ONU PIDE UNA INVESTIGACION INDEPENDIENTE
El secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó estar "profundamente preocupado" sobre los disturbios en Gaza y pidió una "investigación independiente y transparente" de los hechos.
La organización expresó su temor de que la situación en Gaza continúe deteriorándose en los próximos días y pidió a Israel que sólo utilice la "fuerza letal" como último recurso, en una reunión de urgencia convocada por el Consejo de Seguridad a iniciativa de Kuwait.
Las manifestaciones de ayer tuvieron lugar en cinco puntos de la Franja cercanos a la frontera, donde el movimiento islamista Hamás ha instalado tiendas de campaña, agua y enfermerías, y ha convocado a mantener una protesta durante mes y medio, hasta la conmemoración el 15 de mayo del 70 aniversario de la Nakba (Catástrofe), en que los palestinos marcan el inicio de su desposesión y exilio por la creación del Estado de Israel en 1948.
Los organizadores aseguraron que las marchas serían pacíficas y que no habría lanzamiento de piedras contra los soldados israelíes, apostados del otro lado de la divisoria, y que habían destacado a un centenar de tiradores y reforzado la seguridad ante el riesgo de ataques o infiltración en su territorio.
Si bien al principio la marcha transcurrió en calma, más tarde hubo manifestantes palestinos que se acercaron a la verja más de lo permitido.
El Ejército israelí aseguró que respondió al lanzamiento de piedras, de neumáticos ardiendo y de cócteles molotov contra su territorio con disparos, granadas de estruendo y gases lacrimógenos contra los que considera principales instigadores de la protesta.