Al menos quince supuestos yihadistas relacionados con el Estado Islámico (EI) fueron detenidos en Australia por planear el secuestro y decapitación de civiles para divulgar los vídeos en las redes sociales.
En el operativo, en el que han participado unos 800 agentes, fueron detenidas personas supuestamente vinculadas al grupo yihadista en Sídney y Brisbane, donde tendrá lugar el próximo mes de noviembre la reunión de jefes de Estado y de Gobierno del G20.
Según los informes policiales, los acusados habían planeando el secuestro de civiles al azar en Sídney y decapitarlos frente a cámara junto a la bandera del Estado Islámico, informó el canal ABC. Uno de los cabecillas del grupo, Omarjan Azari, fue acusado en un tribunal de Sídney de planear un ataque que implicaba "la selecciones al azar de personas para ejecutarlas de forma espantosa", según la Fiscalía.
Azari, de 22 años, recibió por teléfono instrucciones para perpetrar los ataques de Mohamad Baryalei, que es uno de los miembros más veteranos del EI en Siria y está acusado de reclutar a decenas de sus compatriotas para la yihad o guerra santa.
"El grupo arrestado tenía la intención y estaba planeando cometer actos violentos aquí en Australia", precisó Andrew Scipione, portavoz de la Policía de Nueva Gales del Sur. "Esta ha sido una gran operación que refleja los retos a los que nos enfrentamos en este momento", resaltó Scipione.
Según las autoridades, muchos de los detenidos son australianos musulmanes o conversos influidos por el islamismo radial y que no han podido viajar a Siria e Irak para unirse al EI, por lo que quieren hacer la yihad en casa.
Baryalei, de 33 años y uno de los principales captadores de radicales en Australia, es descendiente de una familia aristocrática de Afganistán que emigró a Australia como refugiada cuando él era un niño y trabajó como portero de seguridad y actor. El extremista reclutó a los australianos Khaled Sharouf y Mohamed Elomar, quienes han colgado fotos en las redes sociales con cabezas cercenadas en Siria donde luchan con el EI.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, indicó que el veterano miembro de EI estaba creando "redes de apoyo en Australia para realizar matanzas ejemplares en el país". "Así que esto no es una sospecha, es un intento y por eso la policía y las agencias de seguridad decidieron actuar", dijo Abbott, horas después de despedir a un contingente militar australiano que luchará contra el EI en Siria e Irak.
El Estado Islámico, que se nutrió de combatientes contra el régimen de Bashar al Asad en Siria, proclamó el pasado 29 de junio la creación de un califato en los territorios que controla en Siria e Irak.
Desde el principio los militantes de EI han efectuado decenas de decapitaciones de sus enemigos en un intento de emular el impacto mediático de Al Qaeda cuando cercenó en 2002 la cabeza del periodista estadounidense Daniel Pearl en Pakistán.
En menos de un mes, el grupo horrorizó a Occidente con las decapitaciones grabadas y emitidas en las redes sociales de los periodistas de EE.UU. James Foley y Steven Sotloff, así como del cooperante británico David Haines.
Las redadas policiales en Australia se centraron en los distritos occidentales de Sídney, donde viven cerca de la mitad de los 500.000 musulmanes que hay en el país, así como en Brisbane, donde las fuerzas de seguridad han desplegado agentes para evitar disturbios.
Sin embargo, representantes de la comunidad piden a las autoridades que eviten discriminaciones y detenciones arbitrarias, ya que la mayoría de los musulmanes se oponen al EI. El pasado viernes, Australia elevó la alerta terrorista al nivel "alto" ante la amenaza de atentados en medio de la ofensiva internacional contra el EI en Siria e Irak.
El país oceánico, que ya había realizado misiones humanitarias en Irak para ofrecer ayuda a minorías étnicas amenazadas por los extremistas del EI, envió a principios de semana el primer contingente de tropas que planean combatir a los yihadistas.
Se espera que unos 600 soldados australianos se trasladen a una base ubicada en los Emiratos Árabes Unidos, además 10 cazas y aviones de apoyo, en respuesta a una petición de EE.UU para contribuir a la lucha internacional contra el EI.
Según el Gobierno australiano, unos 60 australianos militan en las filas del Estado Islámico, mientras que otros 100 trabajan activamente en Australia para dar apoyo logístico al grupo islámico radical y reclutar yihadistas. La Agencia Central de Información de Estados Unidos (CIA) calcula que el grupo yihadista EI tiene entre 20.000 y 31.500 combatientes en sus filas, entre el doble y el triple de lo que preveía antes de mayo.