Miles de personas salieron a las calles el domingo en Moscú y San Petersburgo, donde desafiaron ventarrones y lluvias torrenciales, en la segunda semana de protestas contra el presunto fraude en las elecciones legislativas de Rusia.
Unos 4.000 partidarios del Partido Comunista se congregaron por la tarde en medio de la nieve frente a las murallas del Kremlin, donde exigieron un recuento de votos y la renuncia del gobierno. El viento y la lluvia se convirtieron después en ventisca.
El enfado aumenta hacia el partido gobernante, Rusia Unida, y el primer ministro Vladimir Putin, que ha dominado la política rusa durante poco más de una década. "Creo que sería un crimen quedarse callados", dijo Vyacheslav Frolov, quien participaba en la protesta en Moscú.
En San Petersburgo, unas 4.000 personas de diversos partidos políticos se congregaron en una plaza central. Los manifestantes gritaban a coro: "¡Rusia sin Putin!" y sostenían pancartas que decían "Queremos vivir en un país honesto".
La profesora Natalya Sheikina, de 31 años, dijo que acudió a la protesta para manifestar su descontento con la forma en que se realizaron los comicios. "La votación estuvo amañada", expresó. "Hay gran discrepancia entre las encuestas de salida y los resultados oficiales".
Las movilizaciones de protesta siguieron a las elecciones parlamentarias nacionales del 4 de diciembre, en las que Rusia Unida perdió un número considerable de bancas en la Duma estatal, aunque conservó una mayoría estrecha.
Las fuerzas de oposición aseguran que incluso la votación lograda por Rusia Unida no fue la verdadera, sino menor. Observadores locales e internacionales han reforzado esta versión, al haber denunciado irregularidades generalizadas en la cuenta de votos y fraude descarado.
Las protestas del domingo fueron pequeñas en comparación con las efectuadas la semana pasada en al menos 60 ciudades rusas, incluida la movilización sin precedentes de decenas de miles de personas en Moscú.