El partido oficialista Rusia Unida (RU) volvió a ganar las elecciones parlamentarias celebradas el domingo en Rusia, aunque fuertemente debilitado en comparación con los anteriores comicios de 2007.
De acuerdo a los primeros resultados parciales RU consigue entre el 45 % y el 48 % de los votos, seguido del Partido Comunista con un 21 % a 23 %.
Ello significa que el partido oficialista pierde la mayoría constitucional de dos tercios de los escaños y, como destacó el presidente de Rusia y número uno de las listas de RU, Dmitri Medvédev, "tendrá que buscar apoyo de otros partidos".
De acuerdo a los primeros resultados parciales al menos otros dos partidos, el socialdemócrata Rusia Justa (RJ) y el nacionalista Partido Liberal Democrático, también accederían al Parlamento con el 12 % a 13 % y el 11 % a 14 %, respectivamente.
Los beneficiados por la caída de popularidad de RU son ante todo los comunistas que casi duplican el resultado de 2007 (11,5 %), al igual que Rusia Justa (7,7 %).
También crecieron los nacionalistas del excéntrico Vladímir Yirinovski, que hace cuatro años conquistaron un 7,7 %.
No obstante, incluso si RU no llegara a alcanzar el 50 % de votos emitidos, el reparto proporcional de escaños tras quedar fuera los partidos que no superen la barrera del siete por ciento le promete ocupar la mitad o más del arco parlamentario.
Tanto los primeros resultados parciales como las encuestas a pie de urna indican que los otros tres partidos que concurrieron a las elecciones no habrían superado la barrera del siete por ciento, el mínimo requerido para acceder al reparto proporcional de los 450 escaños de la Duma o cámara baja del Parlamento ruso.
La gran incógnita es si el partido liberal Yábloko conseguirá alcanzar el cinco por ciento de votos, que le daría un único escaño en la Duma, ya que una reciente reforma Constitucional concede un escaño al que supere ese porcentaje de votos y dos si rebasa el seis por ciento.
"El partido (RU) ha conseguido un resultado digno, que se corresponde con su influencia política. La correlación que tendremos en la Duma reflejará la correlación real de fuerzas políticas en el país", recalcó el presidente ruso.
Medvédev, quien ya ha sido declarado como eventual primer ministro tras la victoria de RU, subrayó que "de hecho el cincuenta por ciento de la población apoya a RU".
También el actual primer ministro Vladímir Putin, presidente de RU y su candidato a la jefatura del Estado en los próximos comicios de marzo, calificó el resultado obtenido de "óptimo".
Pese a todas las dificultades causadas por la crisis, dijo Putin, "RU se mantiene como principal fuerza" política de Rusia.
"Es el resultado óptimo, que refleja la situación real en el país. (Este resultado) nos permitirá garantizar un desarrollo estable de nuestro Estado", declaró.
También Borís Grizlov, presidente del Consejo Supremo del partido oficialista, atribuyó a la crisis la fuerte caída sufrida por su formación.
Al proclamar la victoria de su partido poco después del cierre de los colegios Grizlov destacó que RU "seguirá siendo el partido gobernante", mientras que en varios países de Europa la crisis provocó la derrota electoral de los partidos gobernantes.
"En medio de la crisis económica mundial hemos recibido el apoyo del electorado. Mientras en Reino Unido, España y Portugal en las elecciones de 2010-2011 cambiaron los partidos gobernantes nosotros ya podemos decir que RU seguirá siendo (el partido) gobernante", dijo.
Tanto RU como los partidos opositores denunciaron las múltiples violaciones de la ley electoral detectadas durante la jornada de votación.
Mientras los oficialistas acusaban a los opositores de "hacer campaña" durante la jornada, los opositores denunciaban fraudes a favor del partido gobernante.
"Hemos detectado un mar de violaciones", declaraban los comunistas.
"La geografía de las violaciones abarca todo el país", se hacía eco el nacionalista Partido Liberal Democrático.
"Las elecciones se han convertido en el juego de 'pilla al falsificador con las manos en la masa'", remataba "Yábloko".
La jornada también quedó marcada por ataques distribuidos de denegación de servicio (DDOS) que dejaron inutilizadas las páginas web de la radio Eco de Moscú y la ONG de observación electoral "Golos" (El Voto).
Alexéi Venedíktov, director de Eco de Moscú, dijo que el ataque contra la emisora es "un intento de impedir que difunda información sobre irregularidades en las elecciones".