La Comisión Europea ha propuesto este miércoles suspender 495 millones de ayudas comunitarias a Hungría, cifra que equivale al 0,5% del producto interior bruto del país, por considerar que el Gobierno de Viktor Orbán no ha tomado suficientes medidas para reducir su déficit excesivo. Es la primera vez que Bruselas pide congelar los fondos europeos a un Estado miembro.
La suspensión de los pagos del Fondo de Cohesión entrará en vigor el 1 de enero de 2013 si las autoridades húngaras no adoptan antes un nuevo plan de ajuste. Esta medida, ha dicho el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, "debe interpretarse como un fuerte incentivo a Hungría para que lleve a cabo políticas fiscales sólidas y crear las condiciones fiscales y macroeconómicas adecuadas para garantizar un uso eficaz del Fondo de Cohesión". "Ahora corresponde al Gobierno húngaro actuar antes de que la suspensión entre en vigor", ha resaltado Rehn.
Al no formar parte de la eurozona, la Comisión no puede pedir multas a Hungría, que podrían llegar hasta el 0,2% del PIB. La única vía para castigar al país por déficit excesivo es la suspensión de las ayudas europeas. Los 495 millones de euros que Bruselas pretende congelar corresponden al 29% de la partida del Fondo de Cohesión que Hungría tiene asignada para el año que viene.
Hungría ha registrado déficits excesivos (por encima del 3% del PIB) desde que entró en la UE en 2004. La UE ha ampliado en dos ocasiones el plazo para que el Gobierno de Budapest corrija la situación en tres años en total, según ha explicado Rehn.
El plazo final vencía en 2011 y el objetivo se alcanzó nominalmente, pero únicamente con medidas puntuales equivalentes al 10% del PIB, y no de forma estructural. Bruselas estima que, por ello, Hungría volverá a superar el límite del 3% el año que viene.