Los muertos por el vertido tóxico en el oeste de Hungría han aumentado a siete, después de que los equipos de rescate encontraron en el lodo el cuerpo de dos de los tres desaparecidos. Hungría ha activado el mecanismo europeo de protección civil y ha pedido ayuda técnica para hacer frente a la contaminación causada por el vertido de lodos tóxicos procedentes de una fabrica de aluminio, que ya han llegado al Danubio.
Hungría recurrió a la UE para solicitar "asistencia internacional urgente" anoche, según informó el Ejecutivo comunitario. Las autoridades húngaras han identificado una necesidad inmediata de 3 o 5 expertos con experiencia sobre el terreno en la gestión de vertidos tóxicos, limpieza y reducción del impacto medio ambiental.
El Centro de Control e Información (conocido como MIC) ha estado en contacto estrecho con las autoridades húngaras desde el lunes para seguir la evolución de la situación y estar lista para reaccionar con rapidez en caso de que Budapest solicitase ayuda.
Tras la petición oficial de ayuda, la Unión Europea ha decidido enviar a Hungría un oficial de enlace que estará mañana sábado sobre el terreno para coordinar la llegada del equipo de expertos europeo que ayudará al país a combatir la contaminación provocada por el vertido de lodo tóxico.
Las autoridades húngaras están en este momento seleccionando a los miembros del equipo, que estará integrado por entre tres y cinco expertos con experiencia en descontaminación. Varios Estados miembros han hecho llegar a Bruselas su disponibilidad para enviar a técnicos y ahora Hungría seleccionará los que mejor se ajusten a sus necesidades. Una vez que llegue a Hungría, la persona que hará de enlace con el equipo preparará su llegada y coordinará y planificará sus actividades con las autoridades húngaras. Será también el encargado de canalizar la comunicación entre el sistema europeo de protección civil, los expertos y el Gobierno húngaro.
El vertido de lodos saturados de metales pesados de la empresa de aluminio MAL, que se produjo el pasado lunes, ha anegado alrededor de 40 kilómetros cuadrados en los que viven 7.000 personas.
SIETE MUERTOS A CAUSA DEL VERTIDO
Los muertos por el vertido tóxico en el oeste de Hungría ascienden ya a siete, después de que los equipos de rescate encontraron en el lodo el cuerpo de dos de los tres desaparecidos.
El cuerpo de la séptima víctima mortal fue hallado en las cercanías de la localidad de Devecser, cerca del sexto, según confirmó a Efe Györgyi Tüttös, portavoz de la Dirección de Catástrofes.
Horas antes, un hombre de 81 años falleció en el hospital de Veszprem por la complicación que le produjo el contacto con el lodo tóxico, según informó Protección Civil húngara.
Además de un desaparecido, el último recuento oficial sitúa el número de heridos en 150, en su mayoría personas que sufrieron quemaduras por la agresividad de la sustancia derramada.
Tras la rotura el lunes pasado de un dique de una balsa de acumulación de "barro rojo", un residuo de la producción de aluminio de la empresa MAL, siete poblados del este de Hungría en el que viven unas 7.000 personas fueron anegados por esa sustancia tóxica que causó graves daños medioambientales.
El Gobierno húngaro anunció hoy que la cantidad derramada es inferior de lo estimado hasta ahora, y la sitúa en entre 600.000 y 700.000 metros cúbicos, una cantidad similar al vertido petrolero en el Golfo de México este verano.
Hasta ahora, los cálculos oficiales daban una cantidad de hasta un millón de metros cúbicos de lodo tóxico.
YESO SOBRE EL RIO
Mientras tanto, prosiguen en la zona del desastre las labores de limpieza y también de refuerzo de otras represas cercanas.
Según MTI, a lo largo del día se espera que un helicóptero especial arroje desde el aire yeso sobre el río Marcal, un afluente del Danubio, para neutralizar el "barro rojo" que ha llegado hasta sus aguas.
El valor PH en el río Raba, que desemboca en el Danubio, es actualmente de 9, ligeramente superior al mínimo tolerable de 8, mientras que en el Danubio, a la altura de Komaron, esa medida de acidez se sitúa en 8, según datos de Protección civil.
El primer ministro, Victor Orbán, dijo durante su visita a Sofía que las autoridades de su país han logrado controlar la situación tras el vertido tóxico y aseguró que ya no existe peligro de que el "barro rojo" llegue al caudal del Danubio.