Los concensionarios españoles tienen un stock de miles de vehículos que tienen que vender antes del 1 de septiembre. El motivo, que a partir de esa fecha, cambia la legislación europea en materia de emisiones y esos vehículos no la cumplen.
La llegada del nuevo test de consumo y emisiones WLTP, el 1 de septiembre, orginará previsiblemente un aumento considerable de las ofertas de venta de vehículos.
Los fabricantes de coches necesitan dar salida a miles de vehículos que van a quedarse obsoletos el 1 de septiembre, cuando entre en vigor un nuevo sistema europeo de tests de homologación más riguroso tras el 'dieselgate' del grupo Volkswagen.
Jaime Barea Navamuel, director del departamento Jurídico de GANVAM, la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios, calcula que van a verse afectados más de 100.000 vehículos que ya estan fabricados pero que a partir del 1 de septiembre no podrán venderse por no cumplir las nuevas imposiciones medioambientales.
A partir de entonces deberán venderse en el mercado de segunda mano y tendrá además una consecuencia impositiva, muchos de ellos, ahora exentos de parte del impuesto del matriculación, tendrán que hacer frente al mismo en su integridad.
Se calcula que la mitad de ese stock de vehículos además son diesel, lo que dificulta su salida, tras las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que manifestó en el Congreso de los Diputados que el diésel "tiene los días contados" y que su "impacto" en la calidad del aire "es lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida".
Un mensaje que cala entre los consumidores, especialmente aquellos que viven en grandes ciudades donde existe una normativa más exigente a causa de la contaminación ambiental.
Todo ello, a pesar de que desde muchos de los fabricantes y patronales del automovil recuerdan que los motores diésel son en la actualidad más eficientes y emiten un 15/20% menos de dióxido de carbono (CO2) que los gasolina. De ahí que sean una tecnología esencial para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2. "La clave está en fomentar el rejuvenecimiento del parque, el mantenimiento responsable de los vehículos y el apoyo de la Administración para conseguir", apuntó Sernauto.
Ante el temor de lo que se puede venir encima son muchos los que como el secretario general de UGT, Pepe Alvarez, piden a la ministra un proceso de negociación "que permita hacer los cambios necesarios" y una transición energética "justa" para pasar de un modelo a otro. "Una persona que ha comprado un diésel hace tres meses, con unos gastos de contaminación bastante equiparables a la gasolina, no se le puede decir dos meses después que su situación ha cambiado radicalmente", ha explicado.