La crisis ha multiplicado por dos el fraude al seguro del coche en España y de los siniestros declarados en 2012, 4 de cada 100 fueron un fraude, según los datos del segundo Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos que presentó este jueves en Madrid la aseguradora Línea Directa.
Según las estimaciones de la compañía, el coste total del fraude en el ramo de autos ha crecido casi un 30%, respecto al barómetro anterior realizado entre 2009-2010, hasta superar los 1.000 millones de euros anuales (1.002 millones), una cantidad que equivale a tres veces la suma de los cuatro planes PIVE de ayuda a la compra de vehículos.
El barómetro presentado hoy, que ha analizado más de 30.000 casos de estafas al seguro de coche en los últimos dos años (2011-2012), desvela que la crisis económica, poniendo como punto de partida de la misma el año 2009, cuando la aseguradora hizo el primer barómetro de fraude, ha multiplicado por dos el engaño al seguro del auto en España. El estudio indica que esos datos alcanzaron a cierre de 2012 los 19.316 fraudes, frante a los 9.632 que la aseguradora registró en 2009.
Además, el trabajo muestra que 4 de cada 100 siniestros declarados en 2012 fueron un engaño, el doble que en 2009, y un 72% más que en 2011. En este sentido, el director de Gobierno Corporativo de Línea Directa, Francisco Valencia, reveló que, "de acuerdo con los datos que manejamos en la compañía, por culpa de los conductores que defraudan al seguro, cada asegurado abona anualmente un 16% más por su poliza".
Esto supone, según agregó el portavoz de la compañía, que de los 230 euros que un conductor paga de prima media por un seguro a terceros (que es el más común durante la crisis), 38 euros corresponden a los costes asociados al fraude, un 53% más que hace dos años, cuando se realizó el primer estudio.
En total, según el barómetro, el importe medio defraudado al seguro alcanza los 885 euros, cifra que superan diez provincias españolas, como por ejemplo Pontevedra, donde el coste triplica la media nacional alcanzando los 2.858 euros, debido a que en esta zona ha actuado alguna banda organizada.
TIPOLOGÍA DE FRAUDE Y PERFIL DEL DEFRAUDADOR
Por tipología de fraude, el estudio señala que intentar incluir dentro de un parte daños ajenos al accidente sigue siendo el más común en España, ya que alcanza el 74% del total de los casos.
Los fraudes cometidos por los proveedores suponen el 11% de los casos, los montajes un 9% y querer hacer pasar como un golpe una avería mecánica el 2%.
En lo referente a las lesiones, la simulación de las mismas copan el 98% de los casos, mientras que declarar lesiones preexistentes al accidente suponen un 2% total de los intentos de estafas.
En este sentido, Valencia desveló que lo que más preocupa a las compañías de seguros no es el intento de estafa de los conductores, sino el fraude organizado a gran escala, tanto por su elevado coste económico como por su mayor peligrosidad social.
Por otra parte, el estudio de Línea Directa también indica que el perfil del defraudador sigue siendo el de jóvenes mayores de 26 años y pymes, que son dos colectivos "muy afectados por la crisis".
Por áreas geográficas, el trabajo señala que Jaén, Ciudad Real y Murcia son los lugares donde el intento de fraude es más habitual, mientras que Ávila y Huesca los que menos.
Lo novedoso de esta nueva edición del barómetro es que el estudio incluye la opinión de los conductores españoles en relación al fraude, que desvela que casi 3 millones, el 10,7% del total de los conductores españoles, reconocen que alguna vez han cometido fraude al seguro.
Además, la mayoría de ellos (31%) incluyó más daños de los reales en el parte, el 7% simuló un golpe con un tercero, y un 6% "exageró" sus lesiones.
Asimismo, los conductores dijeron que habían defraudado al seguro para arreglar daños sin pagar (26,35%) y el 11,3% lo hizo porque "lo hace todo el mundo".
En relación a la gravedad de cometer un fraude, el 33% de los 2.400 entrevistados consideran que no es algo grave, mientras que el 30% aseguran en que no dudarían en participar en esta estafa si tuvieran la seguridad de que iban a quedar impunes.
Por efecto de la crisis, el fraude a los seguros de coches se ha duplicado en los últimos tres años. Y no es sólo algo que afecte a las compañías porque por culpa de los que defraudan, cada conductor paga por su poliza un 16% más.