El Gobierno ha salido hoy en defensa de las reformas económicas emprendidas en España y que, según considera, no han sido tenidas en cuenta totalmente por Standard & Poor's al bajar en dos escalones la deuda española.
"S&P no reconoce la totalidad del ajuste que se va a realizar", ha dicho hoy el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, tras conocer la degradación de la deuda española, que se encuentra a tres escalones del bono basura.
La firma de calificación decidió ayer rebajar por segunda vez la nota asignada a la deuda española a largo plazo, que pasó de "A" a ser de "BBB+" (aprobado alto), al detectar un deterioro de las previsiones económicas para los próximos años, que son peores que las del Gobierno.
Latorre ha afirmado que a S&P "le suscita preocupación" el endeudamiento de las comunidades autónomas, aunque cree que está cayendo en el error de realizar un "análisis de corto plazo", sin tener en cuenta las reformas emprendidas.
La agencia no se extiende mucho en el déficit de las comunidades autónomas, aunque sí muestra su confianza en que se reduzcan "progresivamente sus necesidades netas de financiación".
En opinión del Gobierno, "el control presupuestario que se ha impuesto a las Comunidades Autónomas y la reforma legal que se ha hecho para introducir disciplina es contundente, y no debería ser fuente de preocupación", ha dicho el secretario de Estado.
Latorre ha querido además incidir en que el compromiso del Gobierno es "absoluto, y cuando los mercados comprendan que no hay problemas de solvencia (...) volverán a tener confianza".
Hoy, de hecho, tras una apertura en retroceso, que coincidió con la publicación de un dato negativo de desempleo, la bolsa se ha colocado en terreno positivo, sin que tuviera ninguna repercusión la rebaja de la calificación.
En el mercado de deuda el impacto también ha sido limitado, y aunque llego a subir hasta los 435 puntos básicos, después la prima de riesgo se estabilizaba en torno a los 420.
S&P retiró la máxima calificación a España, la AAA, en enero de 2009, y desde entonces ha aplicado cuatro rebajas adicionales, hasta dejar la nota de España al mismo nivel que el de Irlanda, país que ha sido rescatado.
Hoy, la firma ha protagonizado una inusual conferencia telefónica con la prensa para justificar su decisión, que sustenta en las peores previsiones económicas que afronta el país.
Además, la agencia ha colocado a España en perspectiva negativa, lo que supone que existe al menos un 30 % de posibilidades de que este año o el que viene haya una nueva rebaja.
Este recorte de la nota llega en un momento en el que el Gobierno está tratando de convencer a los mercados internacionales de que puede cumplir con el objetivo de déficit del 5,3 por ciento este año.
Pero S&P no opina así, y asegura que "es improbable que se alcancen estos objetivos en el actual entorno económico y financiero". De hecho, estima que se cerrará este año con el 6,2 % y el próximo en el 4,8%.
En cuanto al crecimiento económico, S&P cree que caerá este año un 1,5 % y un 0,5 % en 2013, frente a la opinión del Gobierno, que estima el crecimiento del próximo año en un 0,2 %.
La firma de calificación ha lanzado además un duro pronóstico para el mercado laboral, justo el día en que se ha conocido que la tasa de paro, según la Encuesta de Población Activa, quedó en el primer trimestre en el 24,4 por ciento.
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha avanzado hoy que la tasa de paro bajará al 24,2 % en 2013.
Pero para Standard & Poor's, el panorama es menos halagüeño, ante la sospecha de que la intensa reforma laboral que ha aprobado el Gobierno no tendrá un efecto neto hasta "la segunda mitad de la década", es decir, hasta 2016.
Para S&P, seguirá habiendo un deterioro de la tasa de paro, de manera que este año se alcanzará en 25 %, y el próximo se tocará el pico en el 25,5 %.