El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dejó entrever, con una claridad inusual, que la entidad monetaria va a aplicar en diciembre más estímulos monetarios en la zona del euro. Previamente el consejo de gobierno, que se reunió en la ciudad maltesa de San Julián, decidió mantener los tipos de interés en el 0,05%.
Draghi dio señales muy claras de que la entidad decidirá en diciembre relajar más la política monetaria de la zona del euro, utilizando para ello todos los instrumentos disponibles. "Estamos listos para ajustar el diseño de nuestro programa (de expansión cuantitativa) a las necesidades", dijo Draghi.
El BCE compra deuda de la zona del euro desde marzo por valor de 60.000 millones de euros mensuales, en total 1,1 billones de euros hasta septiembre de 2016, pero ahora es posible que incremente su volumen y/o que lo prolongue.
Los mercados esperaban un paso así, pero el tono del presidente del BCE ha sido mucho más fuerte de lo esperado. Muchos analistas económicos, incluso, pensaban que la entidad monetaria aguardaría a ver la evolución de la economía.
Tras la intervención de Draghi, el euro cayó con fuerza un 1,5% frente al dólar y se cambiaba a 1,1163 dólares, mientras que antes de su comparecencia ante la prensa, en la que estuvo acompañado en por el vicepresidente de la entidad, Vítor Constancio, y el gobernador del Banco Central de Malta, Josef Bonnici, la moneda única se situaba por encima de los 1,13 dólares.
Los mercados de renta variable repuntaron notablemente después de que Draghi dejara entrever más estímulos monetarios para antes de fin de año. "El BCE está en una fase de trabajar y valorar y no de esperar y ver", indicó su presidente.
Draghi explicó que el consejo de gobierno discutió en la reunión de hoy la posibilidad de bajar más la tasa de interés de depósito, por la que remunera el dinero a los bancos comerciales y que ya se encuentra en el -0,20%. "Unos pocos miembros del consejo de gobierno del BCE estaban a favor de actuar hoy", señaló Draghi. El presidente del BCE afirmó que "no hubo preferencias explícitas por usar un instrumento u otro" de política monetaria.
Al respecto, el economista jefe para la zona del euro de UniCredit, Marco Valli, apuntó: "Nuestra sensación es que parte del consejo de gobierno está cada vez más convencido de que los beneficios de una tasa de interés de depósito más negativa, como la presión a la baja para el euro, pueden pesar más que los efectos indeseados".
Para Draghi, "la fortaleza y la persistencia de los factores que actualmente ralentizan la vuelta de la inflación a niveles cercanos, pero por debajo del 2% a medio plazo, requieren análisis". "En este contexto, el grado de acomodación de la política monetaria deberá volver a ser examinado en nuestra reunión de política monetaria de diciembre", anunció Draghi, para mostrar la disposición a intervenir el próximo mes.
De acuerdo con Draghi, existe preocupación sobre las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes y "las posibles repercusiones para la economía de los cambios en los mercados financieros y de materias primas". Estos elementos constituyen, agregó, "riesgos a la baja para las perspectivas de crecimiento y la inflación" de la zona del euro.
El consejo de gobierno del BCE dispondrá en diciembre también de las nuevas proyecciones macroeconómicas, de crecimiento e inflación, del personal del Eurosistema, que está formado por el BCE y los bancos centrales nacionales. Draghi recordó que la tasa de inflación de la zona del euro entró de nuevo en terreno negativo y cayó en septiembre hasta el -0,1%.
Además, el presidente del BCE mostró su preocupación por la posibilidad de que China crezca menos de lo que se pensaba hasta ahora. Las exportaciones de la zona del euro a China representan el 6% del total, resaltó Draghi, para precisar que en el caso de Alemania llega al 10%.
El segundo canal a través del que se puede propagar una ralentización mayor de la economía de China es su efecto en el precio del petróleo y de las materias primas, manifestó Draghi.
El encuentro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo se celebró en San Julián, ya que tradicionalmente el máximo órgano ejecutivo del BCE se reúne dos veces al año fuera de su sede central en Fráncfort y en esta ocasión lo ha hecho en Malta, país que introdujo el euro en 2008.