El miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) Benoit Coeuré expresó hoy su confianza en la evolución de los mercados financieros y afirmó que estos han alcanzado un "punto de inflexión en términos de confianza y volatilidad".
En una conferencia en el Instituto de Finanzas Públicas Palestino en la localidad de Al Bireh, cerca de Ramala, Coeuré destacó que la situación de los mercados financieros "es mucho más tranquila que hace unas semanas".
"Ha habido un punto de inflexión en términos de confianza y volatilidad y en el grado de estrés de los mercados financieros en Europa, y esto debe ser tenido en cuenta en la valoración", afirmó el representante francés en el órgano directivo del BCE.
Asimismo, consideró que los últimos indicadores económicos y los niveles de inflación en la eurozona no justifican por el momento un nuevo recorte en los tipos de interés, que se encuentran en su mínimo histórico del 0,75 por ciento tras la última reducción de la entidad europea el pasado julio.
"No es absolutamente evidente que otro recorte de tipos sea necesario en vista de los recientes indicadores económicos y la evolución de la inflación, que al final es lo que más nos preocupa", dijo.
Aún así, añadió que todavía continúa abierta la evaluación en relación con la posibilidad de reducir más los tipos.
Coeuré estimó que el crecimiento económico en la Eurozona será "muy débil" este año y el próximo y que la inflación "se reducirá aunque a un ritmo relativamente lento".
Sin embargo, en su opinión, pese al bajo crecimiento y las débiles previsiones para el año próximo, las recientes decisiones políticas han incrementado la confianza en una resolución de la crisis de la deuda en la eurozona.
"Ciertamente la economía europea está débil, pero se ha producido un punto de inflexión en términos de confianza", recalcó.
Con todo, Coeuré destacó que queda "mucho por hacer" y defendió la adopción de nuevas medidas de integración del sistema económico y bancario, aunque precisó que éstas precisan de consenso político y de la aprobación de los países miembros.
Respecto a la economía palestina, que atraviesa por una profunda crisis financiera que ha originado ya las primeras protestas sociales, Coeuré subrayó que los países europeos y Francia "están comprometidos a continuar apoyando financieramente a la Autoridad Nacional Palestina (ANP)".