El Circo del Sol retrocede a la esencia tradicional con "Kooza" ("caja" en sánscrito), un espectáculo que llegará a Madrid en marzo y en el que, desde una perspectiva lúdica, se propone a la audiencia "abrazar" sus propios demonios en pos de la libertad.
Esta es la tesis principal que hoy ha defendido en Madrid su director y creador, David Shiner, que lleva más de veinte años vinculado a esa gran factoría circense que es el Circo del Sol (Cirque du Soleil) y que llega además avalado por el premio Tony que recibió en 1999 por "Fool Moon".
De "Kooza", creado en 2007, dice que es el espectáculo que quería hacer. "Es el que estaba en mi corazón, el del circo en el que el artista puede mostrar sus grandes habilidades dentro del mejor paquete posible: suena bien, se ve bien.... y sobre todo provoca fuertes sentimientos", ha dicho en una entrevista.
Payasos y acróbatas recuperan el protagonismo en este espectáculo que exhibe una gran exigencia física en cada número, "a través de una colorida mezcla en la que se destaca el humor más bufonesco".Se trata de un homenaje con elementos modernos al espíritu del circo tradicional, con una gran carpa blanca -que en Madrid quedará instalada en el escenario Puerta del Ángel-, su típica pista central en forma de anillo, la música, las luces, el vestuario y los artistas, cincuenta en total, a los que se suman otras cincuenta personas en el apartado técnico.
En palabras de Shiner, "trata de la conexión humana, del artista acercándose al público y de los sentimientos que puede provocarnos el circo"."No me puedo imaginar a nadie que venga al espectáculo y salga de él con una visión negativa, porque todo en él es una celebración de lo que significa ser un ser humano, lo bueno y lo malo", insiste.
Lo hace a través de la historia de Innocent, un solitario melancólico que encuentra la caja o "tesoro" a la que hace referencia el título. De ella brota otro personaje fundamental, el Trickster, un geniecillo burlón que arrastra a Innocent hacia el interior de la caja, en un viaje hacia su propio subconsciente en busca de un lugar en el mundo.
"La caja o el Trickster simbolizan el elemento oscuro que hay en cada uno de nosotros y que no queremos aceptar. Pero debemos hacerlo. Aceptando nuestra propia oscuridad y abrazándola, descubriremos la libertad", sostiene el autor de "Kooza".Diez números acrobáticos con sonoros nombres como el de "Rueda de la muerte" componen el espectáculo, de entre los que su responsable destaca el "Equilibrismo sobre sillas", en el que un artista se balancea apoyado en un solo brazo sobre una torre de siete metros."Es un símbolo de nuestras propias vidas, de nuestro potencial y de cómo a veces nos limitamos a nosotros mismos", explica Shiner, que insiste en que hay que "encarar nuestros propios demonios y abrazarlos".
Desde esa premisa, el payaso juega un importante papel, que no se limita a su faceta bondadosa. "Estoy interesado en la parte dulce, pero también en lo que es realmente diabólico, porque es divertido", argumenta Shiner frente a quienes han acusado cierta agresividad en sus números.
"Lo que hay que tener claro es que es una invitación a jugar con ambos lados", apostilla sobre este trabajo, que llegará a la capital el 1 de marzo y para el que ya es posible adquirir entradas (www.cirquedusoleil.com/kooza).