El cuadro "El jardín de las delicias", del Bosco, lleva cinco siglos siendo una "fuente" de la que manan "interrogantes" sobre "lo divino y lo humano". Esa es la idea del documental que ha hecho José Luis López-Linares, El jardín de los sueños.
"La fuente ha seguido manando hasta llegar a nuestros días y nos sigue provocando una interrogación no solo sobre el objeto mismo sino sobre el contenido de esta obra", ha dicho el director del Prado, Miguel Zugaza, sobre el famoso tríptico que alberga la institución de la que es responsable.
La cinta, coproducida por el Prado y López-Li Films y patrocinada por la Fundación BBVA, llegará el próximo 9 de junio a un centenar de salas en España y, a lo largo del mes, a las de otros países como Estados Unidos, Reino Unido, Italia o Polonia.
López-Linares ha confesado que "podría haber seguido otros 90 minutos de película sobre este tema visualmente apasionante, que lleva a la pantalla grande de un cine los detalles más pequeños de un cuadro fabuloso".
De él partió la idea de asociar "El jardín de las delicias" con los grandes festivales de rock del movimiento "hippie" de finales de la década de los sesenta: "Al ver el cuadro, se me vino a la cabeza Woodstock, porque parece que -los representados- están un poco idos", ha dicho.
"El jardín de las delicias" es el protagonista de este filme y en torno a él se ha reunido un "asombroso elenco" de intelectuales y artistas entre los que se encuentra Reindert Falkenburg, que sostiene la concepción de la obra por el Bosco como un elemento de conversación en la corte de Enrique III.
El compositor Ludovico Einaudi, el nobel de literatura Orhan Pamuk, la escritora Nélida Piñón, el artista plástico Miquel Barceló, el músico William Christie o el escritor Cees Nooteboom son algunos de las personalidades que intervienen en el documental. También participan en el mismo el dramaturgo Albert Boadella, el autor de cómic Max y el historiador hispanista John Elliot.
Tan solo no se podido incluir el punto de vista del escritor y filósofo Umberto Ecco, a causa de su muerte el pasado mes de febrero. Lejos de limitarse a la representación de los albores del siglo XVI, en los que el Bosco pintó su obra maestra, el documental, rodado en España, Francia, Holanda y Suiza, vincula el cuadro a la actualidad, algo que se deja ver, por ejemplo, en la banda sonora.
Así, temas actuales como "Passagio", de Ludovico Einaudi; "Oberon and Titania", de Elvis Costello; o "God and monsters", de Lana del Rey, están incluidos en "El jardín de los sueños": "Estoy muy contento con la música. No quería que fuera solo de la época -en la que vivió el Bosco- sino que hubiera algo diferente", ha manifestado López-Linares.
Además de aportar la idea original con su libro "The land of unlikeness, 'The garden of Earthly delights'" ("El mundo de lo improbable, 'El jardín de las delicias'"), el holandés Reindert Falkenburg ha jugado en este filme el papel de "traductor" entre el Bosco y lo que se "puede mostrar al gran público".
El holandés ha alabado a López-Linares por trasladar a la gran pantalla las "ideas, pensamientos, emociones y reacciones corporales" que evoca este tríptico, que, además, ha dicho, genera un "diálogo multifactorial" que atrapa en un mundo onírico a quien lo contempla.
Para el escritor Cees Nootebom, "no hay sensación" como la de disfrutar en soledad de una noche en el Prado, una experiencia que, junto a la lectura del libro "profundo, metafísico y casi teológico de Falkenburg, le motivó para escribir su nuevo libro, "El Bosco: Un oscuro presentimiento" (Siruela).