Parecían extintos pero siempre estuvieron ahí, aunque no han gozado de la misma popularidad durante todos estos años. No obstante, los cines de verano han vuelto con fuerza y parece que lo hacen para quedarse. La llegada del verano es para muchos sinónimo de baja calidad cinematográfica. Las carteleras se llenan de películas infantiles y apuestas más cercanas a la comedia que a verdaderas apuestas fílmicas.