La obra, San Juan Bautista, atribuida recientemente a Tiziano, se expone por primera vez en el Museo del Prado tras permanecer cuatro años en el taller y sufrir una intervención y restauración "extraordinarias", según ha explicado Miguel Falomir, jefe de Departamento de Pintura Italiana y Francesa del Museo. El cuadro se exhibe junto a otros dos San Juan Bautista del artista, procedentes de Venecia y El Escorial.
Este 'renovado' San Juan Bautista-- "arrobado" porque recibe la llamada de Dios-- llegó en 1872 al Museo como "anónimo madrileño del siglo XVII" y como tal, fue enviado, catorce años después, a la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen en Cantoria, una localidad de la provincia de Almería, donde ha permanecido hasta que en 2007, el Museo del Prado comenzó su estudio y reveló que no era una copia sino un original de artista veneciano.
Según señala Miguel Falomir este San Juan Bautista es una de las obras llegadas al Prado en "peor estado" al taller de restauración y su "intervención ha sido una de las más "difíciles" realizadas en las
últimas décadas, por la amplitud de antiguos repintes, la suciedad o la oxidación de los barnices.
En el catálogo de la exposición Tiziano en 2003, Miguel Falomir, jefe de Departamento de Pintura Italiana y Francesa y comisario de la muestra, ya proponía que la obra podía ser la copia puntual de un San Juan Bautista de Tiziano perdido.
UNA DE LAS COMPOSICIONES RELIGIOSAS MAS POPULARES
En palabras de Miguel Falomir, el cuadro es importante desde el punto de vista "documental" y es una de las composiciones religiosas de Tiziano más populares en España a tenor del elevado número de copias que se han localizado. Además es la única obra de Tiziano del Museo del Prado que no procede de la Colección Real, sino del Museo de la Trinidad.
Asimismo, el lienzo ofrece un testimonio excepcional sobre el modo como Tiziano replicaba sus composiciones y ofrece información sobre los otros dos San Juan Bautista de Tiziano conservados y, en el caso del procedente del Escorial, apuntala su autoría ticianesca, puesta en duda recientemente.
Características técnicas, como la preparación de albayalde con adición de carbonato cálcico, y la similitud del paisaje con los de otras obras de Tiziano de inicios de la década de 1550, permiten fechar entonces el cuadro del Prado.
LLEGO AL PRADO EN UN ESTADO "LAMENTABLE"
En esta pequeña exposición, abierta al público hasta el 10 de diciembre, se expone también el estado en "lamentable" en el que llegó al Prado este San Juan Bautista, que estaba cubierto por una docena de niveles de estuco realizados en diferentes y "agresivas" restauraciones, según ha precisado Miguel Falomir.
Tras llegar a los talleres del Prado, Clara Quintanilla consiguió recuperar la legibilidad de la composición al restablecer el equilibrio de la figura con su entorno y, en las áreas menos dañadas para apreciar la grandeza y sutilidad del arte de Tiziano.
Por su parte, el director adjunto del Museo del Prado, Gabriele Finaldi ha señalado que seguramente no haya más san juan bautistas, sospechosos de ser autoría de Tiziano y ha alegado que este descubrimiento es producto del estudio que se está haciendo desde hace años de las obras del Prado, depositadas en otras ciudades, y que se conocen con el nombre del Prado Disperso.
"Hay que profundizar en los estudios, y se está realizando un catálogo razonado de las obras que han estado en deposito en otras ciudades, perp hay un mismo nivel de atención sobre las obras que están fuera, y las de dentro de la pinacoteca", subraya Grabiele Finaldi.
En esta misma línea y preguntado por la ubicación poco adecuada de algunos cuadros en deposito del Museo del Prado como los que figuran en el Teatro Real por su contacto demasiado directo con el público, Finaldi ha explicado que en estos últimos años se está haciendo un "esfuerzo" para que los cuadros que se exhiben el lugares "poco apropiados" se vayan concentrando en "lugares adecuados".
El proceso de restauración del San Juan Bautista de Tiziano ha contado con el apoyo de la Fundación Iberdrola como miembro protector del Programa de Restauración del Museo.