García Orea infunde otra mirada de luz y color a la vida

El paisaje del mundo de María García Orea es otro. Es el que nos regala con su pintura. Su discapacidad auditiva potenció al máximo una mirada muy especial de luz y color entre Venecia y Mallorca, entre Monet y Mir.

María habla también a través de sus pinceles y ahora expone en Madrid hasta el viernes.

VISTAS FAMILIARES QUE SE IMPREGNAN EN LA RETINA

La artista empieza a pintar por ejemplo, una cala mallorquina, pero el azul del agua y del cielo va creciendo y crece y crece, y ese azul intenso y resplandeciente termina por inundarlo todo. O bien María pinta una perspectiva del Gran Canal con los palacios góticos, los postes surgen del agua y la Salute al fondo. Una vista perfectamente familiar.

Pero mientras María está pintando esta vista, el sol que refleja el Gran Canal y tiñe el agua de amarillo se va haciendo más intenso y se propaga como un incendio, el Canal se convierte en un río incandescente que intoxica la retina y el cerebro.