Cupido se hace cada vez más digital para combatir la crisis y la fiesta de los enamorados, San Valentín, inunda la red tanto de mensajes de amor como publicitarios.
La fiesta del 14 de febrero se ha extendido por el mundo de la mano de las marcas, los comercios y el sector turístico, que ven en la celebración una ocasión de sortear la mala racha impuesta por la crisis.
Una colección de lencería expresamente diseñada para la celebración ofertas con descuentos para viajar o disfrutar de una cena romántica, anuncios de regalos originales y de bombones y flores, miles de sugerencias para pasar la jornada llenan estos días los medios y sobre todo Internet.
En la red se pueden encontrar desde mensajes de amor hasta serenatas personalizadas.
El ordenador se ha convertido en la celestina moderna y es el segundo método preferido en EEUU para buscar pareja, utilizado ya en 2005 por el 37 por ciento de los adultos, según un estudio publicado esta semana por la Universidad de Rochester (EEUU).
También en Europa destaca el éxito de portales como Meetic o e-Darling, que empezó en Alemania en 2009 y está presente hoy en 11 países, con 10 millones de usuarios. "Cada cinco minutos se forma una pareja", señala a Efe una portavoz de esta empresa.
Con más de 500 millones de internautas, cientos de portales chinos han decidido también aprovechar San Valentín para vender regalos y difundir fiestas de solteros con posibilidades de "encontrar una cita" durante estas fechas.
Pero EEUU es el país donde San Valentín ya empieza a sentirse al día siguiente de guardar los adornos de Navidad.
Según una encuesta realizada por American Express, se espera que el gasto promedio de cada estadounidense alcance los 196 dólares, un 8 por ciento más que el año pasado, y que cuatro millones de ciudadanos propongan o reciban una petición de matrimonio.
La celebración está sobre todo arraigada en el mundo anglosajón, aunque ha cobrado gran auge en países como China, Japón y Corea del Sur y gracias a la influencia de las series y películas norteamericanas tiene cada vez más adeptos en los países latinoamericanos.
No es casualidad que Hollywood haya elegido el 14 de febrero para preestrenar a nivel mundial la versión en 3D de la película Titanic, considerada una de las más románticas de la historia, mes y medio antes de su lanzamiento mundial. Y ya no quedan entradas.
Holanda, principal mercado mayorista de flores -con el 60% del total mundial- registra la semana anterior a San Valentín un aumento de entre el 50 y el 60% en sus ventas, por valor de entre 300 y 325 millones de euros.
Y Colombia, el segundo exportador del mundo, realiza por estas fechas el 15% de sus ventas anuales y exportará 450 millones de flores, la mayoría rosas, sobre todo a EEUU.
Pero también existen regalos menos convencionales, y este año en Argentina una empresa propone a las mujeres hacer una sesión fotográfica sensual y atrevida para regalar a sus novios.
En Japón, San Valentín se celebra por partida doble, un invento de avispados comerciantes por el que las mujeres son las que el 14 de febrero regalan chocolates a los hombres, ya sean pareja, amigos o compañeros de trabajo, y deben esperar al 14 de marzo para ser agasajadas, ya sea con chocolate blanco o con regalos mucho más caros, según la intensidad de la relación.
Al margen de esta fiesta del consumo hay bonitas tradiciones como la visita que cientos de parejas hacen cada 14 de febrero a la basílica de Terni, cerca de Roma, donde reposan los restos de San Valentín, y se comprometen a unirse en matrimonio al año siguiente.
En algunos países, como Bolivia y Uruguay, la fiesta de los enamorados se celebra en la primavera austral y en Alemania se mantiene la costumbre de que los jóvenes casaderos vayan al bosque la noche anterior al 1 de mayo para talar un pequeño árbol que adornan con cintas de colores y dejan al pie de la ventana de su amada.
Pero el rojo, color de la pasión y por ende de San Valentín, desaparece en estos días de las calles del ultraconservador reino de Arabia Saudí, donde la policía de la moral defensora de la ley islámica retira de las tiendas cualquier producto relacionado con esta festividad, cristiana y occidental.