Charlize Theron pasa a la acción en el estreno de su última película, Atómica, una cinta de acción y espías ambientada en el Berlín previo a la caída del muro. La actriz sudafricana interpreta a una superespía en un papel que ha sido definido como un James Bond femenino.
El reloj biológico de Hollywood es puntual y cruel. No todas las actrices consiguen surcar el discriminatorio rubicón de los 40 años de edad. Entre las triunfadoras está, sin duda, Charlize Theron, que ha decidido abrirse paso. Puñetazos, patadas, brincos, quiebros y entre medio algunos disparos. Ella es la agente Lorraine Broughton y se ha ganado el papel no por el físico sino por la educación física.
La protagonista de Atómica es enviada sola a un crepuscular Berlín para investigar la muerte de un colega y recuperar una lista de agente dobles. Un papel más propio de 007, Jason Bourne y otras misiones imposibles. En declaraciones facilitadas por la distribuidora del filme, la actriz australiana se muestra orgullosa de este personaje empoderado.
En último caso era imposible evitar el micromachismo de turno y de lo que más se habla sobre Atómica es de esta escena tórrida en plena guerra fría.