Acompañados por dos de sus históricas voces, Omara Portudondo y Elíades Ochoa, la orquesta Buena Vista Social Club ha puesto en pie, y bailando, a un abarrotado Circo Price.
Buena Vista Social Club ha calentado a golpe de canciones al público del Price, que bulló en bailes y palmas tras la aparición, pasado el ecuador del concierto, de la ilustre diva cubana Omara Portuondo.
Con el cartel de "entradas agotadas" pendiendo del cristal de las taquillas, y con el murmullo de las súplicas en la cola de gente buscando una entrada sin dueño, ya se podía prever la gran expectación que los cubanos habían levantado. Y no decepcionaron.
Pasaban tan solo unos minutos de las 21.30 cuando los doce músicos de la banda salían al escenario. Buena Vista Social Club, orquesta formada por algunos de los músicos que tocaron en el célebre club homónimo de La Habana, se presentaban al público capitaneados por Jesús "Aguaje" Ramos, trombón y voz, que también ejerce de maestro de ceremonias.
"Aguaje", tras presentar brevemente a la banda, dio paso al guitarrista y cantante Elíades Ochoa, que interpretó los dos primeros temas de la noche.
Vestido completamente de negro, sombrero incluido, el cubano arrancó con "El carretero" y continuó con "Estoy como nunca", toda una declaración de intenciones: a sus 66 años, la guitarra de Ochoa sigue sonando tan bien como su voz.
Tras estos dos temas, el cantante dejó sola a la orquesta, que interpretó temas como "Bemba Colorá" o la coreada "Chan Chan", canción que abría su disco homónimo.
Transcurrida ya la mitad del concierto, en el que los temas se iban completando con solos de los distintos instrumentistas, Jesús "Aguaje" bromeó sobre la suerte de hablar el mismo idioma que el público: "aquí sí me entienden, cuando vamos a Alemania... ¡es terrible!". Después, presentó a la que consideró "la representación de la mujer cubana": Omara Portuondo.
El público se puso en pie a la entrada al escenario de Portuondo, y muchos ya no volvieron a su asiento en lo que quedaba de espectáculo.
La "Diva del Buenavista Social Club" arrancó su actuación pareciendo frágil, encogida, pero no paró de crecer hasta convertirse en el gigante de la música que es. Omara Portuondo, a sus 81 años, sigue siendo una de las grandes voces de Cuba, y transmite una energía de la que pocos pueden presumir.
"Tres palabras" fue el primer tema que interpretó y, tras éste, "Las mulatas en cha cha cha", cuya letra ("Mulata gózalo, gózalo mulata") tomaron como una orden los muchos cubanos del auditorio.
La diva debió olvidar su edad en algún rincón del backstage, y en "No me llores más" se atrevió incluso a sacar a bailar a su "esposo favorito", el tresero Papi Oviedo, con el cual se marcó unos pasos que valieron una gran ovación del público.
Tras "Quizás, quizás, quizás", el tema más coreado de la noche, Portuondo se tomaba un descanso para dejar paso de nuevo a Elíades Ochoa, que interpretó "El cuarto de Tula". A su término, Jesús "Aguaje" presentaba a la banda y se despedían. Por poco tiempo: ante el clamor del público, la orquesta no se hizo de rogar y volvió casi al instante.
Con toda la banda, Ochoa y Portuondo incluidos, sobre el escenario, y con todo el Price puesto en pie, Buena Vista Social Club interpretó el clásico "Dos gardenias" y, como colofón, "Candela". La que metieron en el cuerpo a los asistentes.
La media de edad sobre el escenario rondaba los sesenta y, sin embargo, la música que emanaba de éste destiló en todo momento juventud. Y es que los Buena Vista Social Club ya no son una orquesta, son un símbolo. Y los símbolos no entienden de años.