Durante 70 días, 33 mineros chilenos se enfrentaron a la muerte a 720 metros de profundidad en una mina de Atacama; su espectacular y angustioso rescate contrarreloj les convirtió en héroes involuntarios y les puso en el centro de la atención mediática mundial. Cuando los mineros emergieron a la superficie físicamente sanos y salvos el mundo que abandonaron seguía siendo el mismo, pero ellos habían cambiado: la fama, el estrés postraumático, el sufrimiento de sus familias, la presión de la prensa, las ofertas televisivas y editoriales para que contasen su odisea han impedido que puedan retornar a la normalidad.
El reportaje de la BBC titulado “¿Qué fue de los 33 mineros chilenos?” recupera el pulso de sus vidas un año después de su odisea. Varios de los mineros protagonistas han aceptado que una cámara de televisión les acompañe en su día y a día; una cámara que pone en evidencia que sus vidas, para bien o para mal, nunca volverán a ser las mismas.
Edison Peña se convirtió en uno de los héroes más famosos de la Mina San José al combatir el aislamiento y la desesperación del enterramiento haciendo footing todos los días en las galerías de la mina. Edison Peña también se hizo famoso por entretener a sus compañeros atrapados con imitaciones de Elvis Presley. Edison es el minero que ha recibido más invitaciones para apariciones públicas de todos los que allí estuvieron; está cerca que nunca de hacer realidad su sueño de convertirse en una auténtica estrella mediática: le surgen invitaciones muy bien remuneradas de medios de comunicación de todo el mundo que le reclaman como hombre-espectáculo.
Ariel Tícona, cuya hija nació mientras él estaba atrapado en el subsuelo, su odisea se ha transformado en una experiencia profundamente religiosa. Según él, se siente completamente renacido y ha rechazado recibir la medicación psiquiátrica que es administrada a muchos otros de sus restantes 32 compañeros de tragedia.
Para Carlos Manami, en cambio, otro de los mineros y único boliviano atrapado en San José, la experiencia del enterramiento prolongado ha tenido repercusiones muy negativas: sobrevive gracias a un impresionante cóctel de medicación antipiscótica. Después del rescate, los 33 mineros deben asistir obligatoriamente –al menos, una vez por semana- a sesiones de terapia que monitorizan su recuperación psicológica y emocional.
El reportaje muestra también cómo han administrado los 33 mineros y sus respectivas familias la cantidad de 10.000 dólares (equivalente a un año de sueldo completo) que el propietario de minas y filántropo Leonardo Farkas entregó a todos y cada uno de los héroes de San José. No obstante, han surgido conflictos porque, en el momento del accidente, tres mineros consiguieron salvarse de quedar atrapados junto a los otros 33 compañeros: ahora, los tres “afortunados” reclaman a Farkas que les entregue también su parte del dinero.
“¿Qué fue de los 33 mineros chilenos?” demuestra cómo una misma experiencia traumática, en función de la psicología y de las circunstancias personales de cada víctima, puede tener consecuencias radicalmente distintas.