Los molinos de viento de La Mancha existen gracias al viento y a la geografía árida de esta tierra. El nombre La Mancha proviene del árabe al-Ansa, que significa “tierra seca” o “tierra sin agua”. Al no haber ríos, no podían construirse molinos de agua, imprescindibles en otras regiones para moler el grano. Pero como el pan era un alimento básico de cada día, el ser humano buscó una alternativa: el molino de viento, una solución perfecta al medio natural manchego.
Los molinos de Don Quijote
Lo que sigue siendo un misterio es el lugar exacto donde Don Quijote se enfrentó a los famosos molinos. ¿Fue en Campo de Criptana? Cervantes nunca lo especificó. Lo dejó abierto para que todos los manchegos pudieran sentirlo como propio y para que cualquier viajero pudiera convertirse, por un momento, en Don Quijote o Dulcinea allí donde más lo sienta.