El pasado 18 de septiembre, la dirección deportiva del Alcorcón decidió prescindir de Juan Antonio Anquela y apostar por el técnico del filial, Jorge Romero, pare reconducir una situación que no ha mejorado, que lo sigue manteniendo colista y que, a nivel defensivo, ha empeorado.
Anquela, un símbolo del Alcorcón, fue despedido con una llamada por teléfono de treinta segundos del director deportivo, Emilio Vega, y esa destitución abrió la caja de los truenos.
El técnico jienense salió por la puerta de atrás siendo el artífice de los mayores éxitos en la historia del equipo alfarero, incluida la salvación la pasada campaña, cuando acudió comenzada la temporada a la llamada de rescate de un equipo que parecía desahuciado y lo llevó a la permanencia.
Con el corazón malherido por las formas pero con el cariño inmenso de una afición que lo idolatra, la decisión de la hinchada alfarera ante el despido de Anquela fue cargar contra la directiva que encabeza Iván Bravo y la dirección deportiva que lidera Emilio Vega, llegando a decidir no entrar a varios partidos para animar al equipo.
Este guion parecía ya escrito anteriormente cuando Jorge Romero, que estuvo en el filial alfarero en la temporada 2019-2020, se fue al Real Madrid Castilla la pasada campaña y regresó esta para entrenar al Alcorcón B en la Tercera RFEF al ser llamado por Emilio Vega.
Los números, el juego y las sensaciones reflejan que el cambio no le ha sentado bien al Alcorcón, que sigue colista y en una delicada situación deportiva. Anquela logró en seis jornadas tres puntos, tras sumar una victoria y cinco derrotas, con cuatro goles a favor y once en contra.
En el mismo número de partidos, Jorge Romero ha sumado cuatro puntos, uno más que Anquela, repartidos en una victoria agónica frente al Burgos, un empate con el Leganés, y cuatro derrotas, con un balance de cinco goles a favor y trece en contra, lo que supone una media de más de dos por partido.
Con esos números, y sobre todo con las pobres sensaciones que transmite sobre el césped, sin demostrar un juego fluido, ninguna pegada en ataque y una tremenda endeblez defensiva, el Alcorcón necesita reaccionar porque es el segundo equipo que menos marca con 9 tantos -el Zaragoza lleva 8- y es el que más recibe de la categoría con 24.
Jorge Romero no ha sido capaz de dar, por el momento, con la tecla adecuada para reconducir la situación y la sensación que da es que cualquier rival puede asaltar Santo Domingo con facilidad, como esta ocurriendo esta temporada.
Los continuos cambios de esquema y de jugadores en el once no están favoreciendo el rendimiento de un equipo que tiene los peores números de su historia en la categoría. El próximo rival es el Ibiza, un recién ascendido. En Alcorcón confían que ese partido sea un punto de inflexión para cambiar la dinámica y comenzar a escalar puestos en la clasificación.