Inspirado, clarividente, bien aconsejado e incluso tocado por la varita. El caso es que Del Bosque está dando un recital de entrenador con sus decisiones durante los partidos. En los cuatro encuentros disputados, los cambios efectuados han tenido un valor decisivo en el resultado final.
Partiendo de esta premisa, cuando las cosas no funcionan de inicio siempre hay tiempo para corregir sobre la marcha. Sucedió el primer día, ante Italia. Fábregas actuó de falso nueve para sorpresa de casi todos. España iba por debajo en el marcador y el debut en la Eurocopa pintaba mal. Hasta que el propio Cesc igualó el choque y la entrada al campo de Navas y Torres dieron otro aire a los nuestros, que a punto estuvieron de ganar el partido.
A Del Bosque no le puede la soberbia. El salmantino es el primero que admite tener dudas. El debate del 9 se avivó cuando Torres fue titular ante Irlanda e hizo doblete. Luego entró Fábregas en su lugar y el catalán también anotó. Javi Martínez y Cazorla tuvieron su oportunidada en el segundo tiempo.
Esa es la clave, el colectivo prima sobre los egos y todos aportan lo mejor de sí. El ejemplo más claro fue el de Navas ante Croacia. Fue llegar y besar el santo para lograr una victoria fundamental.
Un caso similar al del sevillano ha sido el de Pedro frente a Francia. Con el ajustado 1-0 para España, el canario desarboló a la defensa gala y provocó el penalti de la tranquilidad.
De momento, sólo cuatro futbolistas de campo están inéditos en la Eurocopa: Juanfran, Albiol, Mata y Llorente. Y viendo cómo se las gasta Del Bosque, alguno de ellos puede tener esperando un papel estelar en lo que resta de campeonato.