Tenerife, dos semanas cerrada para evitar el segundo confinamiento

El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife.
El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife. |EFE

Los últimos trece días de 2020 y los dos primeros de 2021 estarán marcados en Tenerife por las restricciones con las que el Gobierno de Canarias quiere evitar el segundo confinamiento de la isla, en la que desde las 00.00 horas de este sábado están limitadas las salidas y entradas.

Tras la entrada en vigor de las restricciones apenas hay movimiento por las carreteras de la isla y por las calles de la capital tinerfeña, pero es pronto para establecer una relación directa con unas normas que, entre otras acciones, han establecido el toque de queda entre las 22.00 y las 06.00 horas.

Esta limitación en horario nocturno tiene como excepciones la Nochebuena, cuando será desde las 00:30 horas, y la Nochevieja, que se retrasa hasta las 01:00 horas, y de forma exclusiva para el retorno al domicilio habitual.

El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha insistido en que la situación epidemiológica de Tenerife "roza" el nivel 4, el más alto establecido por la Comisión Interterritorial, por lo que la isla está próxima al confinamiento.

El dato más "esclarecedor, dramático, contundente e indiscutible" para poner las restricciones es que durante la últimas semana en Canarias han muerto 20 personas por covid-19 en Canarias, y de ellas 17 han fallecido en Tenerife.

Las restricciones fueron aprobadas por el Consejo del Gobierno de Canarias el pasado miércoles con la intención de evitar el aumento de contagios y por ello también se ha pedido a los ciudadanos que eviten los desplazamientos interiores, así como las aglomeraciones típicas de las compras en las fiestas navideñas.

La entrada a la isla está permitida para quienes lleguen de fuera de Canarias si acreditan una reserva en un establecimiento turístico y están sujetos al régimen de control de salud pública en la admisión, algo que para Intersindical Canaria es un "apartheid sanitario" porque permite la llegada de turistas que procedan de países con datos epidemiológicos peores que los de la isla.