La Comisión Europea propone un plan de recuperación que alcanzaría los 750.000 millones en dos años y que será canalizado a los gobiernos principalmente a través de transferencias directas (500.000 millones) pero que también incluiría una parte de préstamos (250.000 millones).
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni ha avanzado la cifra total del fondo en la red social Twitter, donde ha destacado que se trata de un "punto de inflexión europeo para enfrentarse a una crisis sin precedentes".
De esta forma, Bruselas recoge el planteamiento de la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, al incluir 500.000 millones en transferencias directas, pero añade también una parte en forma de créditos, algo que reclaman países del norte como Países Bajos o Austria.
Para financiar este fondo, el Ejecutivo comunitario quiere acudir a los mercados de deuda para captar los 750.000 millones con emisiones de bonos con un vencimiento máximo de 30 años que se devolvería a partir de 2028 y hasta 2058. No será la primera vez que lo haga, puesto que este mecanismo ya fue utilizado durante la crisis de deuda para ayudar a Irlanda y Portugal, pero entonces se captó una cifra muy inferior.
Esta emisión estaría respaldada por el propio presupuesto comunitario (MFF, por sus siglas en inglés) y para devolver en principal Bruselas plantea la creación de nuevas fuentes de ingresos: un gravamen al plástico, una parte de los beneficios del sistema de comercio de emisiones, un impuesto a las multinacionales digitales y una tasa a la entrada de carbono al bloque. Por otro lado, el borrador de la Comisión Europea prevé un presupuesto de 31.000 millones de euros para movilizar inversiones en empresas especialmente golpeadas por la pandemia de hasta 300.000 millones. Este 'Instrumento de Solvencia' busca reducir la diferente capacidad de los Estados para ayudar a su tejido industrial y que ha quedado patente en las respuestas nacionales anunciadas hasta ahora.