Es de Santander y trabaja en uno de los muchos negocios de hostelería del barrio de Chueca, así que para ella el Orgullo es sinónimo de mucho trabajo.
Maite vino a Madrid de vacaciones y decidió establecerse, una ciudad en la que se siente "en su salsa". Destaca la convivencia de la ciudad donde no importa la condición sexual de las personas. Y si tiene que elegir un lugar, se decanta por el Retiro, un "remanso de paz".