Adiós a ‘Casa Patas’, santuario del cante jondo madrileño

  • Cesa su actividad después de tres décadas de cante jondo
  • Golpeado por la falta de ingresos ante la ausencia del turismo extranjero

Cierra un templo del flamenco en Madrid. ‘Casa Patas’, uno de los tablaos y restaurantes más tradicionales de la noche y enclave favorito de muchos turistas en la capital, cesa su actividad después de tres décadas de cante jondo.

"Es una verdadera pena pero en esta situación es imposible seguir", ha manifestado el director de Casa Patas, Martín Guerrero, cuyo padre fundó este mítico establecimiento dedicado al flamenco hace 36 años en el centro de la capital.

La reducción drástica de ingresos por la falta de turistas extranjeros tras la crisis sanitaria del covid-19 ha provocado una situación insostenible que les ha llevado a esta dramática decisión.

En el caso de Casa Patas, la ausencia de turismo internacional supone el 75 por ciento de su facturación, que se suma al "pedazo de crisis económica" que se avecina y que "dejará a la altura del betún" la anterior la del 2008. El otro 25 por ciento de facturación tampoco se recueperará: "a lo mejor se llegaba a un 5 o un 15 por ciento".

Lugar de culto del flamenco

El New York Times la calificaba en su momento como lugar de culto para los aficionados al flamenco.

Echaron el cierre el pasado 13 de marzo y no volverán a levantarlo en la calle Cañizares, fronteriza con Lavapiés.

José Mercé, los Morente padre e hija o Lole y Manuel. 'Casa Patas' fue donde se descubrió a Diego el Cigala.

Con sus 300 espectáculos cada años seguía recogiendo a noctámbulos y aficionados que este fin de semana lanzan un lamento jondo.

Premio Enrique Maya de la Comunidad de Madrid en 2009

Además, Casa Patas fue distinguido por la Comunidad de Madrid en el año 2009 con el premio Enrique Maya por su contribución al desarrollo y difusión del Arte Flamenco, así como su labor continuada por la integración del pueblo gitano.

Guerrero ha detallado que el cierre es, por un lado, consecuencia, del "punto de inflexión" que experimentaron a partir de 2019, dado que Casa Patas estaba en una situación "sana" pero con un descenso de facturación a partir de ese momento, marcado por la "incertidumbre" nacional (ante la ausencia de Gobierno) e internacional (los efectos del 'brexit' y la guerra comercial entre EE.UU y China).

Por otro lado, ha aludido a la propia crisis del coronavirus que ha motivado estar tres meses "con ingresos cero" y, a pesar del ERTE que lanzó la entidad, los gastos no se han paralizado dado que han tenido que abonar distintos conceptos, como el pago a seguros y a proveedores, que se han "comido" todos los recursos que aún tenían.

"Es imposible sobrevivir, ni haciendo un ERTE"

"Estamos muy débiles y no tenemos ya reservas económicas", ha proseguido Martín sobre el cierre de Casa Patas, para añadir luego entra el factor de las "perspectivas" en un negocio como los tablaos flamencos, que dependen del turismo internacional pues de estos visitantes depende entre el 70 al cien por cien de los ingresos.

"Con esos niveles es imposible sobrevivir, ni haciendo un ERTE, ni abriendo poco a poco durante la desescalada ni pidiendo un crédito ICO", ha relatado Guerrero para recalcar que Casa Patas es una empresa con 36 años de vida, con empleados de más de 20 años y, en consecuencia, una estructura de costes "muy pesado".

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