Resumen 2014: Fin de ciclo en el Ayuntamiento de Madrid; Botella Lissavetzky y Ángel Pérez lo dejan

Resumen 2014: Fin de ciclo en el Ayuntamiento de Madrid; Botella Lissavetzky y Ángel Pérez lo dejan

El año que ahora acaba ha sido para Madrid un año de fin de ciclo, de transición entre dos etapas, en el que los líderes políticos de la ciudad no han trabajado para llegar a la meta sino que, como las liebres de las carreras de fondo, han agotado sus fuerzas conscientes de que serían superados por otros.

Liebres, como esos corredores que fuerzan el ritmo para al final apartarse, han sido la alcaldesa, Ana Botella, que anunció en septiembre que no concurriría como candidata a las elecciones municipales de 2015; y los portavoces del PSOE, Jaime Lissavetzky, que ese mismo mes comunicó que dejaba la carrera; y de IU, Ángel Pérez, que fue el primero en tomar la decisión de apartarse.

Los tres han seguido en la pista cumpliendo su cometido mientras sus partidos deciden, en el caso del PP sin fecha, o han decidido, en el caso del PSOE e IU ya con resultados, quiénes sí llegarán a la meta de las urnas dentro de seis meses.

La alcaldesa anunció su retirada el 9 de septiembre pero ha seguido trabajando para cumplir la hoja de ruta que dibujó el 27 de junio en su último debate sobre el estado de la ciudad, cuando presentó lo que ella mismo definió como un "programa de futuro".

Ana Botella hizo aquel día, en un momento en que aún contaba como posible candidata popular, una veintena de anuncios, ninguno de grandes dimensiones sino ajustados todos ellos a las posibilidades económicas del momento. Y en su carrera como liebre ha cumplido ya varios de sus compromisos, como la reducción constante de la deuda, que volverá a situarse a final de año por debajo de los 6.000 millones de euros.

Su Gobierno, ajeno al menos oficialmente a las continuas quinielas sobre la sucesión, que ya no solo incluyen a Esperanza Aguirre y a Cristina Cifuentes sino también a Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor o Lucía Figar, ha conseguido recuperar las inversiones gracias al remanente de tesorería de 2013 y ha comenzado a rebajar los impuestos. Por ejemplo, en el mes de abril, Botella anunció la supresión de la tasa de basuras desde el próximo año.

El pasado 6 de noviembre, la alcaldesa confesó a los periodistas, tras aprobar sus últimos presupuestos municipales, que se irá del Ayuntamiento con "buen sabor de boca" porque ella y su equipo han sido "responsables", están siendo "rigurosos" y han hecho "aquello que era bueno para la ciudad y los madrileños".

Desde la oposición, Jaime Lissavetzky y Ángel Pérez no han dejado de correr tampoco a pesar de que en los carteles electorales de sus partidos -en el de IU si el proceso de convergencia con Ganemos lo permite- no estarán ellos sino Antonio Miguel Carmona y Mauricio Valiente, respectivamente.

Mientras estos han comenzado a dar los primeros pasos hacia las municipales, Lissavetzky y Pérez han seguido debatiendo con el PP para denunciar que la ciudad está sucia -las ratas son ahora "animales de compañía" en Madrid, ha dicho el socialista- o que los recortes siguen afectando a los ciudadanos -"la crisis la está pagando la gente con dureza", ha afirmado el de IU-.

Junto a ellos, pero en su caso sin liebre, sigue en la carrera el portavoz municipal de UPyD, David Ortega, el último superviviente de los líderes políticos de la ciudad tras ganar las primarias de su partido el 18 de octubre, y ha comenzado a correr una especie de "fantasma", con presencia pero aún sin "cuerpo", como es Podemos.

Elecciones aparte, la ciudad que ya no será olímpica ha seguido este año su marcha preocupada por volver a un crecimiento que parece buscar en la mejoría del turismo, alicaído a final de 2013 pero con muestras claras de reanimación, y en una cada vez más patente recuperación de la construcción.

Ambas circunstancias han confluido en uno de los proyectos urbanísticos que más ha dado que hablar este año, el de la plaza de España, donde confluyen varias iniciativas hoteleras, entre ellas la del magnate chino Wang Jianlin, al que se permitirá "vaciar" el Edificio España y construir un moderno hotel detrás de la fachada original del inmueble.

Luz verde ha recibido también este 2014 el Plan Parcial que ordena el ámbito del Vicente Calderón y Mahou, que permitirá el derribo del estadio del Atlético cuando esté acabada "la Peineta" y la construcción en esos terrenos de dos rascacielos de 36 plantas.

Este 2014 ha sido además el de la alarma por lo que parecía una caída masiva de árboles y ramas que se ha cobrado dos vidas, y el del fin de la hegemonía de FCC en la recogida de la basura durante nada menos que 74 años, y a punto ha estado de ser también el de un tal Francisco Nicolás, un joven con mucha cintura y algunos contactos, que a ratos ha parecido que se iba a convertir en estrella del debate municipal.

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