Vox suprime las primarias para elegir a sus candidatos autonómicos y municipales

El presidente de Vox, Santiago Abascal
El presidente de Vox, Santiago Abascal

Los nuevos estatutos de Vox suprimirán la obligación de elegir a los candidatos autonómicos y municipales en primarias por los afiliados y atribuirá al Comité Ejecutivo Nacional la aprobación definitiva de las listas que propongan los comités provinciales, que aumentan su capacidad de decisión.

La eliminación de las primarias es una de las novedades de los nuevos estatutos del partido de Santiago Abascal que se someterán a debate en la Asamblea General Ordinaria del próximo sábado en Madrid.

Las normas de funcionamiento de Vox aún vigentes recogen en su artículo 24, sobre el procedimiento para la designación de candidatos a cargos públicos electos, que "en las circunscripciones en las que el partido por decisión del Comité Ejecutivo Nacional decida presentarse se elegirán en primarias por los afiliados".

Un artículo que se modifica ahora para reforzar el papel y la capacidad de decisión de los comités provinciales, según apuntan fuentes del partido, ya que serán los responsables de proponer las candidaturas para las elecciones municipales y autonómicas.

Defienden en Vox que estos órgano provinciales, que están elegidos directamente por los afiliados a través de elecciones internas, tienen un conocimiento más directo de los mejores candidatos de sus territorios al ser los que dirigen el partido.

Por eso, apuntan las mismas fuentes, serán los encargados de proponer las listas electorales, que después serán revisadas por el Comité Ejecutivo Nacional, que podrá modificarlas y que será el que dé el visto bueno definitivo.

Vox quiere evitar la presencia en sus filas de "oportunistas" y "arribistas"

Los nuevos estatutos especifican además que la dirección nacional del partido aprobará, previa consulta de los comités provinciales, las listas de los candidatos a las elecciones generales y europeas, que presentará en todas las circunscripciones. Vox quiere asegurarse de que los candidatos sean los más adecuados tanto por su formación como por su integridad y, de ahí, que al refuerzo dado a los equipos provinciales añada la aprobación de un "código de conducta".

Y es que pretende evitar la presencia en sus filas de "oportunistas" y "arribistas" y salvaguardar su proyecto político, ya que teme que su rápido crecimiento -ha pasado en un año de 3.500 afiliados a 35.000- pueda estar atrayendo "a personas que quieren servirse de las instituciones a través del partido".