Rusia acusa a Occidente de no haber reaccionado ante el mal ejemplo en Ucrania

  • Margallo pide ante Lavrov respeto a la legalidad y vuelta al diálogo
  • España "desea" que no se llegue a las sanciones contra Rusia y que la diplomacia rebaje la tensión

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha pedido este miércoles ante su homólogo ruso, Serguei Lavrov, respeto a la legalidad nacional e internacional en Ucrania, incluyendo la inviolabilidad de las fronteras, la integridad territorial del país y la soberanía nacional "sin injerencias internas".

Además, Margallo ha pedido que se sustituya "la lógica de la confrontación por la de la cooperación" y ha hecho hincapié en considerar a Rusia un socio importante en la resolución de numerosos asuntos clave internacionales.

Margallo ha recalcado que la Unión Aduanera que promueve Moscú no tiene que ser excluyente del Acuerdo de Asociación que la UE propuso a Ucrania, sino que habría que avanzar hacia una zona de libre comercio "desde Lisboa a Vladivostok".

En rueda de prensa conjunta en Madrid tras una reunión entre ambos, Lavrov ha avisado por su parte de que en Ucrania se produjo un "asalto armado al poder y el presidente electo fue apartado por métodos que no están previstos en la Constitución ni en las leyes" y ha advertido de que esos casos "son muy contagiosos y hay que ser consecuente en todas las acciones".

OBERVADORES INTERNACIONALES

Sergei Lavrov ha defendido que no le corresponde a Rusia sino a las autoridades en Kiev y Crimea el "invitar" a observadores internacionales para comprobar la situación sobre el terreno en Ucrania al tiempo que ha insistido en que Moscú no tiene tropas desplegadas en esta región del sur del país.

Lavrov ha confirmado que tiene previsto reunirse esta tarde con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, aprovechando que ambos estarán en París para asistir a un encuentro sobre Líbano, con el que abordará la situación en la antigua república soviética.

Preguntado sobre la propuesta formulada por el presidente estadounidense, Barack Obama, de enviar observadores internacionales a Crimea, donde la tensión ha aumentado en la última semana, el ministro de Exteriores ruso ha dejado claro que "no tienen que dirigirse a nosotros, sino a aquellos que en Ucrania ahora responden por el orden y la supervivencia de la población". A

sí, ha precisado que la decisión de "invitar" a observadores internacionales debe partir de los "anfitriones", en este caso las nuevas autoridades en Kiev, cuya legitimidad Moscú no reconoce, y en el caso de Crimea el nuevo Gobierno aprobado la semana pasada por el Parlamento regional y que lidera el prorruso Sergei Aksionov.

En cuanto a la presencia de hombres armados en puntos estratégicos como bases militares en Crimea, Lavrov ha asegurado que lo que se da en llamar "fuerzas prorrusas" no son sino "fuerzas de autodefensa" sobre las que Rusia "no tiene ninguna potestad". Igualmente, ha defendido que los militares de la flota rusa en el Mar Negro, que tienen su base en Crimea, "están en sus destinos".

"NO VAMOS A PERMTIR DERRAMAMIENTO DE SANGRE"

"No vamos a permitir derramamiento de sangre" pero tampoco "vamos a permitir atentados contra los ciudadanos rusos" que viven en Ucrania, ha aclarado el jefe de la diplomacia rusa, que ha recordado la postura planteada ayer por el presidente ruso, Vladimir Putin, que dejó abierta la puerta a una intervención militar si bien aseguró que éste es el "último recurso".

Por otra parte, Lavrov ha subrayado que el Parlamento ucraniano "no controla todo el territorio", y en algunas zonas, como Crimea o el este del país -donde reside principalmente la población rusoparlante de Ucrania-, "no se acepta su legitimidad" ni la del nuevo presidente y primer ministro.

En este sentido, ha insistido en que el acuerdo alcanzado el pasado 21 de febrero por el entonces presidente, Viktor Yanukovich, y los líderes de la oposición, es un punto "indiscutible en la resolución del problema actual".