El portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, cree que el "tamayazo inauguró una forma de hacer política de mucho poder" y que el cambio político en Madrid "encontrará mucha resistencia", en una entrevista que publica hoy El País.
Sobre la propuesta de Íñigo Errejón (Podemos) de "carmenizar" la Comunidad de Madrid, Gabilondo explica que, con todo respeto, no le gusta "poner nombres propios a las cosas" ya que las palabras "las carga el diablo", y que la región "no necesita eso", sino un cambio profundo, "muy coral y participativo, que se trabaje con alguien capaz de aglutinar eso".
Preguntado si podrá entenderse con Errejón, 35 años más joven, Gabilondo explica que, como profesor universitario, está acostumbrado a entenderse con gente joven: "no me asustan 30 años de distancia con alguien para poder ser cordialmente su amigo, y para ser cordialmente alguien con quien trabajar".
"Somos los griegos y los romanos", indica en alusión a PSOE y Podemos. "No tengo inconveniente en dialogar con Cicerón o con Parménides", agrega.
Madrid necesita "otra forma de gobernar, con otras prioridades, sabiendo que el PIB tiene que reequilibrar, redistribuir y predistribuir", según Gabilondo que está "a favor de la riqueza, pero no a costa de otro, ni de la riqueza que abre un abismo" de desigualdad y pobreza que afecta al 20% de la población regional.
Se necesita "ciencia, investigación, innovación, industria, nuevas tecnologías, y no vivir solo de los servicios, del turismo y de la cantidad de directivos o funcionarios que hay".
Sobre la venta de 3.000 viviendas sociales a un fondo buitre, que el propio presidente Garrido reconoció que fue un error, Gabilondo considera que no debería recurrir la sentencia en contra de esta venta, que fue "un verdadero disparate".
En Madrid ha habido una política "de defensa de intereses particulares, y en casos perversos, de intereses espurios y de intereses corruptos", según el portavoz. "El PP se ha comportado como una organización muy de poder", que en lugar de resolver los problemas "lo que quieren es asegurar su continuidad en el poder".
Uno de los desafíos es frenar la "maquinaria de producción de desigualdad" que está creciendo, lo que "es grave", sobre todo en materia de pobreza infantil, agrega.
Preguntado por Cristina Cifuentes, dijo que "no celebra que una persona sea humillada", aunque políticamente "era bueno para la Comunidad que no siguiera de presidenta" porque hacía una política "de apariencias, de continuismo disfrazado de transformación".
"No me gustó el modo, las formas, y quién activara todas esas formas para que eso al final pasara", añade. "Le escribí al acabar esto, deseándole lo mejor personalmente. No me contestó. Lo entiendo".
Pese a que sus allegados le dicen que la política "es un espacio para sufrir", Gabilondo es categórico: "voy a ir hasta el final. Mi final será hasta donde los ciudadanos quieran".
