La pyme madrileña pionera en la creación de lúpulo indoor gracias a la Inteligencia Artificial

La Inteligencia Artificial puede ayudar a trabajadores y empresas en muchos ámbitos. Uno de ellos, quizá más desconocido, es el sector agroalimentario.

Dentro de él, existen empresas como Ekonoke, una innovadora startup del sector agroalimentario con sede en Madrid, que nació hace siete años y actualmente está revolucionando el cultivo de lúpulo con tecnología de vanguardia e Inteligencia Artificial.

La empresa, liderada por su CEO Inés Agrario, ha encontrado en la Inteligencia Artificial una aliada clave para avanzar en un proceso que hasta hace poco se consideraba imposible: cultivar lúpulo en interiores.

Esta transformación ha sido posible en parte gracias al programa de formación y aceleración impulsado por la Comunidad de Madrid y su alianza con IndesIA, una iniciativa que busca acercar la Inteligencia Artificial a las PYMEs para facilitar su transformación digital.

“Cuando empezamos nos dijeron que cultivar lúpulo ‘indoor’ era imposible. Pero imposible es una palabra que un emprendedor no quiere escuchar”, afirma Inés Agrario.

Tras los primeros años de prueba en el mercado probando con diferentes cultivos, la compañía decidió enfocar su modelo de negocio en un ingrediente esencial para la cerveza: el lúpulo, un cultivo muy sensible al cambio climático y cada vez más difícil de producir en exterior.

Mediante sistemas de cultivo en interiores altamente controlados y alimentados por energías renovables, Ekonoke está desarrollando un método único en el mundo para cultivar lúpulo con altos estándares de calidad, sostenibilidad y consistencia.

De hecho, a día de hoy, no existe ninguna otra empresa a nivel internacional que cultive lúpulo ‘indoor’ tal y como lo hace Ekonoke.

Gracias al programa de la Comunidad de Madrid e IndesIA, Ekonoke ha podido dar sus primeros pasos firmes en el uso de Inteligencia Artificial. Aunque su primer piloto de mantenimiento predictivo aún no ha sido implementado, el proceso les ha ayudado a reorganizar la captura y el uso de datos, perder el miedo a esta tecnología y descubrir nuevas áreas de aplicación.

“Nos hemos dado cuenta de que la Inteligencia Artificial puede ayudarnos en todo. Lo que antes parecía complejo y lejano, hoy es una herramienta realista para escalar y optimizar nuestro modelo”, afirma la fundadora.

Agrario anima a otras pequeñas y medianas empresas a atreverse con la Inteligencia Artificial: “El programa no requiere una gran dedicación de tiempo, pero sí puede marcar una gran diferencia. Lo importante es abrir la mente, hablar con expertos y dejarse asesorar.”