Mitos del bronceado

  • Guía rápida para broncearte sin arriesgar tu salud
A la hora de broncearse, los dermatólogos recomiendan no tener prisa y reconocer los falsos mitos que circulan al respecto.
Una persona toma el sol en la playa |ARCHIVO

Con las vacaciones ya en el pensamiento de muchos o en el inicio de su disfrute, avanzamos algunos consejos que te van a permitir disfrutar de ese moreno sin poner en peligro tu piel. El primer consejo sería, según recomiendan los dermatólogos, no tener prisa y el segundo reconocer los falsos mitos que circulan al respecto.

Es mejor una piel bronceada, hidratada y radiante a una excesivamente morena, seca y dañada. La piel tiene memoria y lo más recomendable es conseguir un bronceado de forma progresiva.

La piel roja después será morena

Esto no es verdad. Solemos pensar así cuando ya nos hemos quemado por una exposición al Sol excesiva y sin protección. El bronceado es la manera que tiene el cuerpo de bloquear los rayos UV para evitar las quemaduras por el sol. Pero la protección tiene un límite. Demasiada luz UV genera que la piel se queme. La capa de piel superficial que se forma sobre la quemadura se puede desprender en el transcurso de uno o dos días.

El sol se pega más cuando estás mojado

Esto es verdad y, además, es peligroso. Las gotas de agua sobre nuestra piel tienen efecto lupa y los rayos de sol inciden en mayor medida sobre la piel lo que favorece las quemaduras solares.

Es cierto que mientras estás en el agua y cuando aún tienes el cuerpo húmedo no lo percibes, pero las gotas de agua actúan como lupa y hacen que los rayos de sol incidan más sobre tu piel.

Sin embargo, es a la vez una de las causas por las que se producen quemaduras, sobre todo si no renuevas tu fotoprotector cada poco tiempo (debes hacerlo incluso cuando es resistente al agua).

Evitar tomar el sol en las horas centrales, clave contra el cáncer de piel
Evitar tomar el sol en las horas centrales, clave contra el cáncer de piel
Evitar tomar el sol en las horas centrales, clave contra el cáncer de piel

Evitar tomar el sol en las horas centrales, clave contra el cáncer de piel

Aplicar poca cantidad de producto

Si te aplicas poca cantidad de fotoprotector solar equivale a reducir el nivel de protección que indica el envase. Toda tu piel, insistiendo en las zonas más delicadas donde la piel es más fina, debe estar cubierta de forma generosa.

Son necesarios unos 30 ml. para cada aplicación en un adulto (el tamaño de una pelota de golf) y, si es en spray, una media de 8 pulverizaciones.

Protegerse solo con crema hidratante

Pretender protegerse del sol utilizando solo una crema hidratante es equivalente a no usar protección o a protegerse con aceite sin SPF. Ni siquiera cuando tu crema de uso diario incluye protección (en ese caso suelen ser muy bajas). Utilízala normalmente, pero añade fotoprotector si te expones al sol.

Tomar el sol a mediodía (de 12h. a 16h.)

Son las peores horas para hacerlo. Los expertos recomiendan evitarlo siempre que se pueda, ya que los rayos del sol inciden perpendicularmente y son más perjudiciales para nuestro cuerpo que, a estas horas o a otras, se broncea exactamente igual.

Ya estoy moreno, no necesito protección solar

Esto es radicalmente falso como el hecho de comer zanahorias para conseguir un moreno brillante. Cuando luces el bronceado deseado puedes pensar que ya no te quemas y renunciar a la protección no es buena idea. El sol siempre está ahí y su radiación también.

Quizás no te quemes, pero tus células seguirán dañándose, no te confíes. La exposición intensa y repetida a la luz UV aumenta el riesgo de otros daños en la piel, como manchas oscuras, manchas ásperas y piel seca o arrugada. También aumenta el riesgo de cánceres de piel como el melanoma.