María Gracia descubre antiguos oficios que han vuelto a respirar. Nos encontramos en Alameda del Valle, aquí Teresa convirtió un pajar del s. XVIII en su hogar.
Después, visitamos Ambite, dónde Víctor habita una almazara de 1835 con vistas a la Alcarria madrileña, en la que mantiene la maquinaria original intacta.
Por otro lado, Frank, un vecino holandés, vive en un antiguo molino en Canencia y, aunque hace casi un siglo que no muele, el río Lozoya atraviesa lo que ahora es el salón.
Por último, encontramos la Casa del Farmacéutico, donde, cuenta la leyenda, habitaron los monjes boticarios del Monasterio de El Paular tras la desamortización.