La casa donde José Rabadán mató a sus padres y a su hermana estuvo más de dos años en venta. El chalet de Pioz donde Patrick Nogueira descuartizo a sus tíos y a sus sobrinos no se vende pese a la bajada de precio. Los vecinos del descuartizador de Majadahonda aseguran que nadie quiere vivir en el chalet de la trituradora. La finca de Rosario Porto se vendía, antes del asesinato de Asunta, por 1 millón de euros. Ahora nadie la compra. Nadie quiere comprar la finca de Las Quemadillas, en Córdoba, donde José Bretón calcinó a sus hijos.